En su primer encuentro con el cuerpo diplomático internacional, el Papa León XIV pronunció un discurso que marcará un giro significativo en las posturas públicas de la Santa Sede. Frente a representantes de las 184 naciones con las que el Vaticano mantiene relaciones oficiales, el pontífice estadounidense abordó temas sociales y diplomáticos que han generado un fuerte contraste con las políticas implementadas durante el papado de Francisco.
Un llamado a la unidad familiar tradicional
El Papa León XIV enfatizó la importancia de construir sociedades pacíficas basadas en el fortalecimiento de la familia. “Esto puede realizarse sobre todo invirtiendo en la familia, fundada sobre la unión estable entre el hombre y la mujer, bien pequeña, es cierto, pero verdadera sociedad y más antigua que cualquier otra”, afirmó en su alocución, marcando un distanciamiento evidente del enfoque más inclusivo promovido anteriormente.
Desafíos globales y desigualdades
El nuevo líder de la Iglesia Católica reconoció los profundos desequilibrios del mundo contemporáneo, señalando que “las desigualdades globales trazan surcos profundos de opulencia e indigencia entre continentes, países e, incluso, dentro de las mismas sociedades”. En este contexto, instó a los gobiernos a asumir su responsabilidad en la creación de estructuras sociales más justas y equilibradas.
Protección de los más vulnerables
Una de las preocupaciones centrales del Papa León XIV fue la protección de los grupos más frágiles. Resaltó la necesidad de “favorecer contextos en los que se tutele la dignidad de cada persona, especialmente de aquellas más frágiles e indefensas, desde el niño por nacer hasta el anciano, desde el enfermo al desocupado, sean estos ciudadanos o inmigrantes”, estableciendo claras prioridades en materia de defensa de la vida y derechos humanos.
Reimpulsar la diplomacia internacional
En el ámbito de las relaciones internacionales, el Papa propuso un renovado impulso a los mecanismos multilaterales, destacando la importancia de las instituciones globales diseñadas para resolver conflictos entre naciones. Aunque reconoció la reciente llamada del Papa Francisco a abandonar la carrera armamentista, su discurso marcó un enfoque más tradicional en política vaticana.
Para finalizar, León XIV convocó a un tiempo de transformación colectiva: “Es un tiempo de conversión y de renovación, y sobre todo la ocasión para dejar atrás las contiendas y comenzar un camino nuevo, animados por la esperanza de poder construir, trabajando juntos, cada uno según sus propias sensibilidades y responsabilidades, un mundo en el que cada uno de nosotros pueda realizar la propia humanidad en la verdad, en la justicia y en la paz”.
