En un partido donde el bateo largo fue protagonista, los Medias Rojas de Boston lograron una victoria contundente de 2-0 frente a los Mets de Nueva York. La ofensiva del equipo se consolidó gracias a los cuadrangulares de Carlos Narváez y Rafael Devers, mientras que su staff de pitcheo mostró una actuación imponente al dejar sin carrera a su rival durante todo el encuentro.
Actuación destacada de los bateadores latinoamericanos
El venezolano Carlos Narváez y el dominicano Rafael Devers se erigieron como los héroes ofensivos del encuentro. Narváez conectó un jonrón en la quinta entrada contra el lanzamiento de Clay Holmes, cuando ya había un out y aprovechando un lanzamiento de 1-0 que terminó sobre el Monstruo Verde. Inmediatamente después, Devers amplió la ventaja con otro cuadrangular en prácticamente el mismo sector del parque, marcando su décimo del año.
Relieve imponente mantiene a los Mets sin anotar
La labor de los relevistas de Boston resultó fundamental para asegurar la blanquita. Tras la salida temprana del abridor Walker Buehler -quien fue expulsado tras permitir solo un hit en dos entradas y un tercio, con cuatro ponches y dos bases por bolas-, Brennan Bernardino asumió la responsabilidad durante 1 2/3 entradas. Garrett Whitlock (2-0) se llevó la victoria, mientras que el cubano Ardolis Chapman cerró el partido en la novena entrada con su octavo salvamento de la temporada.
Estadísticas claves del partido
Clay Holmes (5-3) cargó con la derrota luego de trabajar seis entradas en las que permitió dos carreras a través de cuatro imparables, concediendo tres bases por bolas y retirando a cinco rivales por la vía del ponche. En el bateo por los Mets destacaron Francisco Lindor y Juan Soto, ambos con un hit en tres turnos. Por Boston, Wilyer Abreu también registró un sencillo en cuatro oportunidades al bat.
Progreso en el récord del equipo
Este triunfo permite a los Medias Rojas mejorar su marca en la serie a 2-0, asegurando su posición en la competencia. El equipo regresa a un récord general de .500 (25-25), consolidando así una recuperación importante en la temporada. Su cuerpo de pitcheo mostró dominio absoluto al limitar a los Mets a solo cuatro hits durante todo el partido.
