Un negocio familiar con tres décadas y media de trayectoria se ha convertido en referente gastronómico de Villa Cuichapa. El establecimiento identificado como Antojitos doña Chonita mantiene viva su tradición culinaria desde 1990, cuando José Alegría Facundo (conocido localmente como “pozol”) y su esposa Asunción Sánchez Martínez decidieron reinventarse tras su salida de Pemex.
De la liquidación a la emprendeduría
Tras la liquidación de Pemex, la pareja emprendedora encontró en la venta de comida tradicional una forma de subsistencia. Comenzaron operando en diferentes ubicaciones de la calle Justo Sierra en la colonia El Macayo, estableciéndose finalmente en la calle Pino Suárez tras movimientos por esquinas como Ferrocarril y 18 de Marzo.
Reconocimiento por su sabor distintivo
El secreto de su éxito radica en el peculiar proceso de preparación de sus ingredientes. “El toque único en el guizo de la carne, salsa y demás los ha destacado entre el resto de puestos”, señala el testimonio directo de clientes y empleados. Este distintivo ha generado incluso una cadena de aprendizaje culinario, con empleadas anteriores que han emprendido por cuenta propia.
Menú que combina tradición y variedad
El establecimiento ofrece una amplia carta de antojitos regionales que incluye: quesadillas, panuchos, empanadas, memelas, picadas, garnachas, plátanos fritos y tostadas. La atención se complementa con espacios cómodos para degustación en el lugar. Actualmente, la hija de la pareja original se encarga específicamente del guizado de carnes, manteniendo el sello de calidad familiar.
Historia de superación y legado familiar
El negocio ha significado un vehículo de movilidad social para la familia Alegría, permitiéndoles educar a sus hijos. Aunque Asunción Sánchez falleció, su legado vive en cada platillo servido. José Alegría, originario del poblado, expresa sentirse profundamente orgulloso de haber convertido su esfuerzo en un punto de reunión y gusto colectivo en Villa Cuichapa.