Llamado presidencial al cumplimiento de la ley
El mandatario israelí, Yitzhak Herzog, emitió el domingo una clara advertencia dirigida al primer ministro Benjamín Netanyahu y a su gabinete, instándolos a no considerar la desobediencia a los dictámenes judiciales. La declaración fue realizada durante un evento religioso en la residencia presidencial, en vísperas de la celebración de Yom Yerushalaim.
“En el Estado judío y democrático de Israel, el Estado de derecho no es una recomendación, sino un principio existencial”, afirmó Herzog durante una lectura de la Torá. “Cualquiera que siquiera piense en la posibilidad de violar la ley y los fallos de la Corte Suprema perjudica no solo la cohesión de nuestro pueblo y la democracia israelí, sino también la condición de Estado y la soberanía de Israel”.
Antecedentes del conflicto institucional
Esta declaración se produce tras la reciente decisión judicial que calificó como “indebida e ilegal” la remoción del jefe del servicio de inteligencia interior, Ronen Bar, por parte del gabinete. La Corte Suprema determinó que Netanyahu presenta un conflicto de intereses en este asunto debido a las investigaciones en curso por parte del Shin Bet sobre figuras cercanas al primer ministro.
La fiscal general Gali Baharav-Miara informó inmediatamente que Netanyahu no puede proceder al nombramiento de un nuevo director del Shin Bet hasta que ella revise las implicaciones del fallo judicial. Sin embargo, el primer ministro anunció el jueves su designación del general David Zini para ocupar ese cargo, con vigencia a partir del 15 de junio.
Reacciones políticas al fallo judicial
Algunos integrantes del gabinete, incluido el ministro de Justicia Yariv Levin, respaldaron públicamente la decisión de Netanyahu de ignorar el fallo judicial. “Señor Presidente, supongo que su advertencia iba dirigida al [presidente de la Corte Suprema, Yitzhak] Amit y a [la jueza Dafna] Barak-Erez, quienes, una y otra vez, fallan en contra de las instrucciones explícitas de la ley. De ser así, me uno a su advertencia”, respondió Levin a las declaraciones de Herzog.
El presidente de la Corte Suprema, Yitzhak Amit, había criticado anteriormente la falta de justificación adecuada para la remoción de Bar, calificando la decisión gubernamental como “arbitraria” basada en “un fundamento fáctico endeble y precario, en el mejor de los casos”. La jueza Dafna Barak-Erez respaldó esta postura, aunque el vicepresidente Noam Sohlberg expresó desacuerdo, cuestionando el carácter teórico del caso mientras reconocía las “dificultades significativas” en el despido.
Contexto de tensiones institucionales
El nombramiento de Amit como presidente del máximo tribunal fue fuertemente resistido por Levin durante más de un año, quien incluso boicoteó la votación final y ha anunciado públicamente que ignorará la legitimidad de este cargo. Por su parte, el ministro de Comunicaciones, Shlomo Karhi, criticó duramente a Herzog a través de redes sociales, acusándolo de actuar como “una herramienta en manos de un solo bando” y de “pisotear la democracia”.