El rey Carlos III y la reina Camila arribaron a Canadá para una visita de carácter oficial que durará dos días, motivada por las declaraciones del presidente estadounidense, Donald Trump, quien ha manifestado públicamente su interés por incorporar al país como un estado adicional de su nación.
Discurso protocolario con significado histórico
El evento más significativo tendrá lugar este martes durante la lectura del Discurso del Trono en el Congreso canadiense, una ceremonia tradicional que establece las metas legislativas del año. Este acto tiene una relevancia especial, pues solo en dos ocasiones previas un rey británico lo ha realizado: la reina Isabel II en 1957 y en 1977.
Un gesto excepcional en medio de tensiones
Por norma general, esta responsabilidad corresponde al gobernador general, Mary Simon, pero el primer ministro Mark Carney solicitó personalmente la presencia del monarca para enfatizar la importancia del mensaje, a pesar de que el rey atraviesa un tratamiento médico por una condición de salud no especificada.
Impacto de los comentarios de Trump
Las expresiones del mandatario de Estados Unidos han generado preocupación en el gobierno canadiense desde finales del año pasado, cuando afirmó que Canadá depende de su país en materia económica y cuestionó la delimitación fronteriza entre ambas naciones. El 7 de enero, al ser consultado sobre un posible uso de la fuerza para dominar al vecino, respondió: “No, la fuerza económica”.
Un mensaje institucional de resistencia
El jefe del gobierno, Mark Carney, aseguró que “este honor histórico refleja la trascendencia de nuestro tiempo”, mientras que la gobernadora general destacó la relación histórica con la monarquía británica. Para el experto Philippe Lagassé, “frente a quienes cuestionan la existencia de Canadá, esta visita demuestra que somos una nación con instituciones sólidas, heredadas pero adaptadas a nuestra historia única”.
Reafirmación diplomática de independencia
La decisión de que sea el rey quien lea el discurso no es solo una formalidad, sino una declaración política clara en un contexto de incertidumbre derivada de las presiones externas. La visita, aunque breve, busca reforzar el mensaje de que Canadá mantiene su autonomía ante cualquier intento de influencia externa.