El 26 de mayo tiene lugar la celebración religiosa dedicada a San Felipe Neri, reconocido como presbítero y fundador del Oratorio en Roma. Esta celebración se enmarca dentro de la tradición católica que cada día honra a figuras destacadas por su vida virtuosa y servicio a la comunidad.
Origen de las celebraciones onomásticas
En épocas pasadas era común nombrar a los recién nacidos según el santo correspondiente al día de su nacimiento. Esta costumbre se refleja incluso en la conocida canción popular donde se menciona: “Hoy por ser día de tu santo te las cantamos aquí…”.
Diferencia entre onomástico y cumpleaños
El término onomástico se refiere específicamente al día dedicado a celebrar a un santo, a diferencia del cumpleaños que conmemora la fecha de nacimiento. Aunque en la actualidad suelen confundirse ambos conceptos, técnicamente representan eventos distintos.
Otros santos del día
Además de San Felipe Neri, este día también se recuerda a un grupo de figuras religiosas como: Beato Andrés Franchi, San Andrés Kaggwa, San Berengario de Saint-Papoul, San Desiderio de Vienne, San Eleuterio papa, Santa Felicísima de Todi, Beato Francisco Patrizi, San José Chang Song-jib, San Lamberto de Vence, San Pedro Sanz y Jordá, San Ponciano Ngondwe, San Prisco y compañeros, y San Simetrio de Roma.
Proceso de canonización
El acto de declarar oficialmente a una persona como santa se conoce como canonización. Este proceso implica incluir el nombre en el canon de la Iglesia y permitir su veneración. Actualmente se requieren demostraciones de virtudes excepcionales, y en la mayoría de los casos, al menos dos milagros atribuidos a la intercesión de la persona.
“La canonización se hace en una solemne declaración papal y se le asigna un día de fiesta para la veneración litúrgica.”
Los tiempos para llevar a cabo este proceso varían considerablemente, como en el caso de San Pedro Damián canonizado 756 años después de su muerte, o San Antonio de Padua que recibió el reconocimiento 352 días después de su fallecimiento.