El estruendo de una explosión sacudió el viernes por la tarde a la ciudad de Jan Yunis, al sur de la Franja de Gaza. Alaa al-Najjar, pediatra del Hospital Nasser, acudió al lugar tras enterarse de que su barrio había sido blanco de un bombardeo israelí. Al llegar, encontró a los equipos de rescate extrayendo los cuerpos sin vida de sus hijos, según relató su cuñado Ali al-Najjar.
Tragedia familiar en medio del conflicto
“Habíamos recuperado tres cuerpos calcinados y estábamos sacando el cuarto”, afirmó Ali al-Najjar, quien aseguró que la médica identificó de inmediato a sus hijos. Fuentes médicas palestinas indicaron que al menos siete menores perdieron la vida, mientras que dos siguen desaparecidos bajo los escombros, según familiares.
Incendio tras explosión en depósito de llantas
Ali al-Najjar explicó que en el inmueble colindante se guardaban neumáticos automotrices que se incendiaron con la explosión, propagando el fuego a la vivienda familiar. Los vídeos verificados por The New York Times muestran a rescatistas palestinos extrayendo cuerpos infantiles del lugar, mientras un hombre gritaba: “¡Aún quedan nueve ahí abajo!”.
Contexto de intensificación del conflicto
El ejército israelí informó haber atacado “a varios sospechosos” cerca de sus posiciones en Jan Yunis, sin confirmar aún si civiles resultaron afectados. Esta tragedia ocurre en medio de una escalada de hostilidades tras más de 18 meses de guerra entre Israel y Hamás, con una intensificación de los bombardeos aéreos israelíes en las últimas semanas.
Balance oficial de víctimas
Según funcionarios locales, solo dos miembros de la familia sobrevivieron: el esposo de la doctora, en estado crítico con lesiones cerebrales graves, y un hijo en condición estable, confirmó Ahmed al-Farra, director de la sala de pediatría del Hospital Nasser. Esta institución reportó que la guerra entre Israel y Hamás ha dejado más de 50,000 fallecidos en Gaza, incluyendo miles de menores.
Posicionamiento israelí y críticas internas
El ejército israelí ordenó evacuar la zona días antes del ataque, incluyendo el barrio Qizan al-Najjar donde residía la familia, argumentando medidas de protección para civiles. Sin embargo, Ali al-Najjar explicó que decidieron quedarse por la dificultad de trasladar a sus diez hijos, entre ellos un bebé, a campamentos saturados sin servicios básicos.
Testimonios sobre la familia
Alaa al-Najjar, quien ha laborado durante una década en el Hospital Nasser, fue descrita por su jefe como una profesional dedicada que “trataba a los niños con una mezcla de cuidado maternal y pericia profesional”. Su esposo, también médico, publicaba en redes sociales mensajes que parecían mostrar simpatía hacia Hamás, aunque familiares negaron cualquier vínculo formal con el grupo.