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El juicio de Oscar Wilde: un enfrentamiento con la moral victoriana por su orientación sexual

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En 1895, el reconocido escritor irlandés Oscar Wilde se vio envuelto en un caso judicial que marcaría su vida y carrera. A los 40 años, el autor de El retrato de Dorian Gray y La importancia de llamarse Ernesto fue llevado ante el Tribunal Criminal Central de Old Bailey en Londres. El detonante fue una nota que recibió del marqués de Queensberry, padre de su amante Alfred Douglas, en la que lo acusaba de “sodomita”.

El inicio de un proceso judicial que cambiaría su vida

El juicio comenzó cuando Wilde decidió denunciar al marqués por la ofensiva nota. La sociedad victoriana, con su rígida moral, utilizaba eufemismos para referirse a la homosexualidad, evitando mencionarla directamente. Durante los tres procesos judiciales, se usaron términos como “indecencia”, “prácticas contra natura” y “el más grave de los delitos”, sin mencionar explícitamente la palabra “homosexual”.

La homosexualidad bajo la lupa judicial

El caso no solo se centró en la vida privada de Wilde, sino también en su obra literaria. Durante el juicio, se analizó una carta que le había escrito a Alfred Douglas, conocido como “Bosie”, en la que expresaba sentimientos con lenguaje poético. Su abogado, sir Edward Clarke, defendió la carta argumentando que era “un poema en prosa”, destacando la sensibilidad artística del escritor.

El arte frente al juicio moral

En el tribunal, Wilde utilizó su ingenio y conocimiento para enfrentar las preguntas del abogado del marqués, Edward Carson. Cuando se le cuestionó sobre el contenido de sus obras, el escritor respondió que “hay libros buenos y malos, no libros morales e inmorales”. Sin embargo, la sociedad victoriana insistió en hacer un juicio moral sobre su vida y obra.

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El desenlace y sus consecuencias

El tribunal lo declaró culpable y fue condenado a dos años de prisión y trabajos forzados. En la cárcel de Reading, Wilde escribió “De profundis”, una carta dirigida a “Bosie” que se convirtió en un testimonio de su experiencia carcelaria. Tras cumplir su condena, fue exiliado a París, donde enfrentó el rechazo de los círculos artísticos y murió en 1900 a causa de una meningitis.

“El amor que no se atreve a decir su nombre, y a cuenta del cual estoy aquí hoy, es precioso, está bien, es una de las formas más nobles de afecto que existen”

Un legado que trascendió su condena

Las transcripciones de los tres juicios que enfrentó Wilde fueron compiladas en el libro “Los procesos de Oscar Wilde”, publicado por la editorial Lumen en 2022. Esta obra, traducida por Ulyses Petit de Murat y con un prólogo de Claudia Aboaf, permite conocer de primera mano cómo la sociedad victoriana juzgó la vida y obra de uno de los escritores más importantes del siglo XIX.