La llamada a la compasión en la enseñanza papal
El Papa León XIV destacó durante su segunda Audiencia General realizada el 28 de mayo que la compasión constituye una responsabilidad primordial, incluso antes de asumir cualquier compromiso religioso. En su reflexión sobre la parábola del buen samaritano, el Pontífice subrayó que “la religiosidad no garantiza automáticamente la capacidad de sentir compasión” y enfatizó que “antes que una cuestión espiritual, la empatía es un deber fundamental de nuestra condición humana”.
El camino de la vida y los encuentros que revelan nuestra esencia
El líder católico describió el trayecto mencionado en la parábola como “una metáfora del existir humano”, señalando que “las circunstancias y relaciones pueden dejar a una persona despojada y vulnerable, al igual que el viajero asaltado”. En este contexto, resaltó que “nuestra verdadera naturaleza se manifiesta en los momentos en que nos enfrentamos a la fragilidad ajena, decidiendo entre indiferencia o cuidado”.
Lecciones del buen samaritano en la actualidad
El Papa identificó factores contemporáneos que dificultan la compasión, afirmando que “la prisa imperante en la sociedad actual muchas veces nos impide detenernos ante el sufrimiento ajeno”. Al contrastar la actitud del sacerdote y el levita con la del samaritano, destacó que “el rescate efectivo requiere involucramiento directo, disposición a ensuciarse y compartir el dolor”.
Invitación a transformar las relaciones humanas
En sus palabras finales, el Pontífice propuso una introspección colectiva: “¿Cuándo seremos capaces nosotros también de interrumpir nuestro viaje y tener compasión?”. Al concluir, pidió a los asistentes que “pidan al Corazón de Cristo la gracia de cultivar sentimientos similares” y promover “relaciones más auténticas y empáticas”.
“Antes de ser creyentes, estamos llamados a ser humanos”