Cambio en delimitación arqueológica
El Ministerio de Cultura del Perú llevó a cabo una modificación significativa en la extensión de la Reserva Arqueológica de Nasca. Tras una evaluación prolongada, el territorio protegido pasó de 5,600 a 3,200 kilómetros cuadrados. La decisión fue anunciada durante una reunión descentralizada del Congreso en la región Ica, generando inquietud sobre los usos potenciales del área excluida.
Fundamento técnico y actualización de datos
Durante más de dos décadas, expertos realizaron investigaciones topográficas y arqueológicas que permitieron trazar un perímetro más preciso de la zona con evidencia patrimonial. Las autoridades enfatizaron que esta revisión responde a criterios basados en información verificable y no afecta el estatus internacional otorgado por la Unesco.
Presentación de la nueva delimitación
El ministro Fabricio Valencia Gibaja presentó el nuevo mapa en un evento en Ica, acompañado por representantes del Congreso y funcionarios de alto rango. Entre los asistentes se encontraron Edgard Reymundo, presidente de la Comisión de Cultura, y la viceministra Moira Novoa. El titular del Mincul señaló que la actualización permite una gestión más eficiente del sitio.
Documentación oficial y ajustes finales
La nueva extensión, que alcanza los 3,235.94 kilómetros cuadrados, fue establecida mediante la Resolución Viceministerial N.º 000128-2025-VMPCIC/MC. La medida se fundamenta en un análisis detallado de la configuración del terreno y su conexión con los geoglifos. Según las autoridades, esto facilita concentrar esfuerzos en las áreas con valor arqueológico comprobado.
Destino de las áreas fuera de la reserva
El gobierno indicó que los espacios que dejaron de formar parte de la reserva podrían utilizarse para otros fines, siempre bajo el marco de normativas vigentes. No se especificó qué actividades se permitirán en estos terrenos, aunque se mencionó la necesidad de cumplir con trámites legales.
Relevancia histórica y cultural
Las Líneas y Geoglifos de Nasca y Palpa, reconocidos por la Unesco desde 1994, representan un legado precolombino de gran valor. A lo largo de ochenta años de investigación, se han identificado cerca de 800 figuras, incluyendo formas geométricas, animales y diseños complejos. Figuras como María Reiche jugaron un papel crucial en el estudio y preservación de estos trazos ancestrales.
Reto de gestión y conservación
La nueva configuración plantea desafíos en cuanto a la protección del patrimonio. Si bien la reducción permite enfocar recursos en áreas con evidencia arqueológica, también abre la posibilidad de aprovechamiento económico de otros sectores. La efectividad de esta medida dependerá de la implementación de políticas adecuadas para preservar el legado histórico.
