Con 90 años cumplidos, Rita Victoria Hernández estableció un récord al convertirse en la persona de mayor edad en obtener su título universitario en Mount San Jacinto College (MSJC), institución ubicada en California. Este hito se materializó durante la edición 61 de la ceremonia de graduación, celebrada en el Pechanga Resort Casino, congregando a 2.556 nuevos profesionistas.
Un trayecto marcado por la persistencia académica
Hernández, originaria de Puerto Rico, logró su certificado de secundaria a los 73 años antes de mudarse a Torrance, California. Su vida ha estado caracterizada por la adaptación a distintos entornos y el compromiso con el aprendizaje continuo. Aunque su trayectoria educativa comenzó tarde, sus esfuerzos dieron fruto al obtener el título universitario que hoy la distingue.
Un proyecto impulsado durante la pandemia
El periodo de confinamiento por la pandemia de COVID-19 fue el detonante para que Hernández decidiera incursionar en estudios superiores. Influenciada por la insistencia familiar, vio en la academia una forma de mantener su mente activa y alerta. Así dio inicio a su primera experiencia en la educación superior, convirtiéndose en un referente de perseverancia.
Desafíos superados y respaldo institucional
El camino hacia el título no estuvo exento de dificultades. La estudiante enfrentó contratiempos de salud y pérdidas familiares que, en lugar de desalentarla, reforzaron su determinación. En declaraciones oficiales, Hernández destacó que “tuve la suerte de aprender de profesores inspiradores y dedicados cuyo estímulo jugó un papel clave en mi éxito”. También resaltó como “increíble” el ambiente de apoyo que encontró en el campus.
Un legado educativo multigeneracional
El apoyo familiar resultó fundamental en este logro. Con doce nietos y siete bisnietos, formó parte de una red de respaldo que la motivó a inscribirse. Su nieta obtuvo su título en 2022, su bisnieta en 2024, y próximamente uno de sus bisnietos iniciará estudios en la misma institución. Esta tradición académica familiar consolidó un vínculo duradero entre la familia y MSJC.
“Quería mantener mi cerebro activo”
Las palabras de Hernández resumen el propósito que la guió durante su trayectoria universitaria. Su ejemplo no solo impactó a su entorno más cercano, sino también a toda la comunidad estudiantil, demostrando que el aprendizaje no tiene límites de edad y que el esfuerzo individual, combinado con el respaldo social, puede generar historias inspiradoras que trascienden generaciones.
