Un estudio internacional revela el mecanismo biológico detrás de la fotofobia asociada a la migraña, demostrando el papel fundamental de la molécula NEAT1 en este molesto síntoma que afecta a millones de personas.
Nuevas evidencias sobre la relación entre NEAT1 y la sensibilidad a la luz
El hallazgo, publicado en The Journal of Headache and Pain, señala que NEAT1 interviene directamente en cómo el cerebro interpreta el dolor durante los ataques de migraña, especialmente en relación con la reacción aversiva a la luz. Hasta ahora se conocía su participación en procesos inflamatorios y estrés nervioso, pero no se había explorado profundamente su conexión con la migraña.
Experimientos con modelos animales muestran resultados prometedores
Los científicos realizaron pruebas con ratones macho, induciendo artificialmente sensibilidad a la luz para emular los efectos de la migraña. Al observar su comportamiento, notaron que los animales evitaban permanecer en espacios iluminados, similar a lo que experimentan los humanos durante un episodio de migraña.
La molécula NEAT1 activa la respuesta exagerada al estímulo luminoso
Los análisis del ganglio trigémino, región cerebral asociada con la percepción del dolor, detectaron un aumento significativo de NEAT1 durante los episodios de fotosensibilidad. Lo más interesante: cuando se redujo la presencia de esta molécula, los animales mostraron menor aversión a la luz, confirmando su rol como amplificador de esta sensibilidad.
Interacción molecular que intensifica la respuesta al dolor
El estudio encontró que NEAT1 se comunica con microARN específicos, afectando el funcionamiento del gen Trpm3, responsable de producir una proteína vital en la transmisión del dolor. Los niveles elevados de NEAT1 alteran el equilibrio natural de esta proteína, lo que vuelve al sistema nervioso más reactivo ante estímulos luminosos, causando la sensación de dolor ante la luz.
Estrategias terapéuticas emergentes y límites del estudio
El bloqueo de NEAT1 o de la proteína Trpm3 generó una reducción significativa en la sensibilidad a la luz en los modelos experimentales. Sin embargo, los investigadores advierten que solo se estudiaron ratones macho, mientras que la migraña afecta con mayor frecuencia a mujeres, lo que sugiere la necesidad de continuar las investigaciones en humanos para confirmar estos hallazgos.
“Estos resultados aportan una nueva visión sobre uno de los síntomas más incapacitantes de la migraña y abren la puerta a un enfoque alternativo en el desarrollo de futuras vías terapéuticas a partir de la molécula NEAT1”