Joel Sáez | 31/05/2025
Del servicio de emergencias a la divulgación masiva
Tras casi dos décadas trabajando como paramédico en Protección Civil de San Pedro del Pinatar, Miguel Assal encontró una forma inesperada de ampliar su impacto. Lo que comenzó como una iniciativa personal para compartir conocimientos de primeros auxilios en plataformas digitales se convirtió en un fenómeno global con más de 14 millones de seguidores en tres años.
El profesional, también titulado en Educación Física, revela que inicialmente compartía contenidos sobre actividades al aire libre, pero decidió incorporar temas de emergencias sanitarias. “Vi que había interés por información útil para situaciones críticas, así que me enfoqué en ese tipo de contenidos”, explica.
Éxitos virales y aprendizajes en la calle
Entre sus primeras publicaciones que generaron interés masivo destaca un tutorial sobre extracción de garrapatas, el cual alcanzó 70 millones de visualizaciones. “De la noche a la mañana pasé de 2.000 a 25.000 suscriptores”, recuerda. Su presencia digital creció rápidamente en múltiples plataformas, incluyendo YouTube, TikTok e Instagram.
Assal comparte experiencias impactantes vividas en su labor cotidiana, como atender simultáneamente dos paradas cardíacas en una playa, o recibir el reconocimiento de familias de personas rescatadas. “Un futbolista que recuperamos la vida nos envió una carta de agradecimiento”, menciona.
Errores comunes y acciones salvavidas
El experto señala que la mayoría de la población carece de formación básica en emergencias, lo que reduce las posibilidades de supervivencia. “Los primeros cinco minutos son cruciales”, enfatiza, y detalla que “con compresiones torácicas adecuadas, control de sangrados y maniobras de desobstrucción respiratoria se pueden salvar entre 10.000 y 15.000 vidas anuales solo por paros cardíacos”.
“Si formáramos a la población desde pequeños, podríamos salvar entre 10.000 y 15.000 vidas al año solo en paradas cardíacas”
Recomienda tres habilidades esenciales: identificar la falta de respiración observando el movimiento del pecho, realizar compresiones torácicas efectivas y conocer la maniobra de Heimlich para situaciones de atragantamiento. Aclara que “actuar, aunque no sea perfecto, siempre es mejor que no hacer nada”.
Prevención y medidas prácticas
Entre sus consejos cotidianos, destaca la utilidad de una tapa metálica de cocina para extinguir incendios en sartenes, evitando el uso de agua. Advierte sobre alimentos potencialmente peligrosos para niños, como uvas o frutos secos, que deben cortarse en trozos pequeños.
También corrige prácticas comunes incorrectas, como el uso de agua oxigenada en heridas abiertas, que afecta la cicatrización, o dar golpes en la espalda a una persona que tose, lo que podría bloquear completamente las vías respiratorias.
“Cuando una persona se está ahogando solo se debe intervenir cuando deja de toser y no puede emitir sonidos”