Confrontación diplomática por cumplimiento de acuerdos comerciales
El gobierno de China negó rotundamente haber violado el pacto comercial temporal firmado en mayo con Estados Unidos, asegurando haber actuado con total responsabilidad y cumplido cabalmente los términos acordados. En un comunicado oficial, la representante del Ministerio de Comercio chino destacó que Pekín ha eliminado o suspendido diversas medidas arancelarias y no arancelarias implementadas anteriormente como respuesta a las políticas de Washington.
El documento oficial sostiene que China ha mantenido una posición firme en la protección de sus derechos legítimos y ha aplicado con sinceridad los acuerdos alcanzados. Sin embargo, acusó a Estados Unidos de implementar continuamente restricciones discriminatorias contra empresas e instituciones chinas, incluyendo nuevas regulaciones sobre exportación de chips de inteligencia artificial, prohibiciones en software de diseño de semiconductores y la cancelación de visas estudiantiles para ciudadanos chinos.
Incumplimientos mutuos y consecuencias económicas
Según las autoridades comerciales chinas, estas acciones estadounidenses violan directamente el acuerdo establecido en Ginebra y los compromisos asumidos por ambos presidentes durante una conversación telefónica del 17 de enero. “El comunicado conjunto de Ginebra fue fruto de un consenso arduamente alcanzado sobre la base del respeto mutuo y la igualdad”, afirmó el Ministerio de Comercio, instando a Estados Unidos a corregir sus acciones y colaborar para mantener la estabilidad en las relaciones económicas bilaterales.
La respuesta de Pekín surge como réplica directa a las declaraciones del presidente estadounidense Donald Trump, quien recientemente acusó a China de “violar totalmente” el pacto temporal de reducción de aranceles establecido en mayo. Funcionarios estadounidenses han señalado supuestos subsidios encubiertos a empresas chinas como un factor clave en la actual disputa comercial.
Contexto de crecientes tensiones
Originalmente, ambas naciones acordaron una pausa arancelaria de tres meses: Estados Unidos redujo sus tarifas del 145% al 30%, mientras China disminuyó las suyas del 125% al 10%, como paso hacia un acuerdo más amplio. No obstante, las tensiones han escalado en días recientes con nuevas medidas restrictivas de Washington y una caída significativa del 20% en las importaciones estadounidenses de productos chinos en abril.
El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, admitió públicamente que las negociaciones comerciales están actualmente “estancadas”, aunque mencionó la posibilidad de una llamada entre Trump y el presidente chino Xi Jinping para intentar resolver la situación. El asesor económico de la Casa Blanca, Kevin Hassett, indicó que no hay conversaciones programadas entre los líderes, aunque expresó la expectativa de que puedan discutir temas comerciales en los próximos días.
Complejidad en las relaciones bilaterales
Estas tensiones comerciales se enmarcan dentro de un contexto más amplio de desconfianza política y estratégica entre ambas potencias. Durante el reciente foro de seguridad Shangri-La en Singapur, el jefe del Pentágono acusó a China de intentar modificar el equilibrio de poder en Asia, evidenciando la complejidad de las relaciones bilaterales más allá del ámbito económico.
