El estado de Hidalgo enfrenta una realidad compleja en materia de violencia escolar, con 540 casos registrados en el presente ciclo lectivo. Esta situación refleja una problemática más amplia, ya que México lidera a nivel global los índices de acoso escolar según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Los reportes incluyen distintas formas de violencia: física, verbal y psicológica, las cuales están vinculadas al aumento de la violencia social en los municipios del estado.
Un sistema educativo heredado del siglo XIX
Más de 700 mil estudiantes de educación básica y media superior en Hidalgo conviven diariamente con un modelo educativo obsoleto. Las aulas rígidas, los contenidos desactualizados y las estructuras de autoridad verticales contribuyen a reproducir esquemas de obediencia y exclusión. Este entorno escolar, lejos de fomentar la formación de ciudadanos críticos, está generando las bases para una violencia sistémica que se manifiesta en múltiples ámbitos de la vida social.
Según expertos en resolución de conflictos, la violencia no inicia con armas, sino con prácticas de exclusión, burla y castigo. Estos comportamientos, aprendidos y reforzados en el entorno escolar, se consolidan posteriormente en el ámbito familiar, laboral y político.
Hacia una solución regenerativa
Los especialistas coinciden en que el problema no radica en la falta de recursos, sino en una estructura mental que interpreta el conflicto como un enemigo a eliminar. Se requiere una transformación profunda que vaya más allá de las medidas punitivas tradicionales, apostando por un enfoque regenerativo que permita sanar y aprender desde los conflictos.
Se propone la implementación de tres estrategias interconectadas: el vector jurídico con prácticas de mediación y justicia restaurativa; el vector ontológico centrado en el desarrollo emocional y la empatía; y el vector sistémico orientado a crear redes de cuidado y participación comunitaria. Esta triple vía ha mostrado resultados exitosos en otros contextos internacionales.
La decisión histórica
Hidalgo tiene la posibilidad de convertirse en un referente en América Latina en la resolución de la violencia desde sus raíces culturales. No se requieren más diagnósticos o promesas, sino acción concreta. “No necesitamos más diagnósticos, foros o promesas vacías. Lo que necesitamos es decisión política. Coraje institucional. Voluntad transformadora. Podemos dejar de maquillar las estadísticas y comenzar a rediseñar el tejido social. Podemos pasar de la queja a la innovación. Pero el reloj avanza.”
La elección no es si el cambio es posible, sino si Hidalgo asumirá un rol de liderazgo o continuará perpetuando el ciclo de violencia. “La pregunta no es si el cambio es posible: lo es. La pregunta es si Hidalgo será pionero o seguidor. Si tendremos el valor de liderar la regeneración social o si seguiremos administrando el colapso. Esta decisión no la tomará el futuro. La tomamos hoy.”
“A todas y todos los responsables de tomar decisiones en este estado: levanten la mirada. Escuchen a nuestras infancias. Den un paso al frente. Abramos las puertas al diálogo interinstitucional, formemos una generación de agentes de paz. El momento es ahora. La historia nos está observando. ¿Estamos listos para cambiarla?”