El reciente anuncio del presidente estadounidense Donald Trump sobre un incremento de los impuestos al acero y aluminio al 50% podría generar repercusiones significativas en la economía mexicana, según expertos en comercio internacional. Esta determinación afectaría alrededor del 6% de las importaciones de bienes estadounidenses y elevaría la tasa arancelaria promedio en aproximadamente 1.1 puntos porcentuales.
Países más afectados por la medida
México y Canadá, cuyas exportaciones de estos metales a Estados Unidos representan más del 1.5% de su PIB, serían los principales afectados. La medida también podría intensificar las tensiones comerciales con la Unión Europea, que ya tiene un paquete de represalias preparado.
Detalles de la implementación
El mandatario estadounidense indicó que aplicará los nuevos aranceles a partir del 4 de junio, respaldando un acuerdo entre US Steel y la empresa japonesa Nippon Steel Corp. Aunque la Casa Blanca aún no ha revelado todos los detalles, se espera que afecte productos específicos bajo ciertas clasificaciones arancelarias.
Consecuencias macroeconómicas
Las estimaciones de la Reserva Federal sugieren que el impacto en la economía estadounidense sería moderado, reduciendo su PIB en 0.15% y elevando los precios al consumidor en 0.1%. Estos efectos se distribuirían a lo largo de dos o tres años.
Reacciones internacionales
Canadá ya había impuesto contramedidas similares, gravando con 25% las importaciones de acero y aluminio de Estados Unidos. La Unión Europea, aunque menos dependiente de estas exportaciones, ha mostrado disposición a responder, manteniendo pendiente un conjunto de aranceles sobre productos estadounidenses valorados en 21 mil millones de euros.
“Trump anunció que aumentaría los aranceles sobre el acero y el aluminio del 25 al 50 por ciento, a partir del 4 de junio, al tiempo que defendía un acuerdo previsto entre US Steel y la japonesa Nippon Steel Corp”
La implementación de las represalias europeas se había suspendido temporalmente durante un periodo de 90 días, permitiendo negociaciones entre ambas partes. Sin embargo, la decisión del presidente estadounidense podría complicar los diálogos en curso sobre sectores estratégicos.