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Ray Bradbury: su legado en la ciencia ficción y más allá

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Ray Bradbury, fallecido en 2012 a los 91 años, es recordado el 5 de junio como un autor influyente y visionario cuya obra trasciende la ciencia ficción. Conocido principalmente por Fahrenheit 451, escrita en solo nueve días, su legado incluye más de 600 cuentos, 27 novelas, ensayos, poesía y guiones para cine, televisión y teatro. Su estilo único lo convierte en un humanista y poeta del porvenir.

Un escritor que rechazó el automóvil

A pesar de imaginar civilizaciones alienígenas y colonias en Marte, Bradbury nunca aprendió a conducir. A los 16 años presenció un accidente fatal que lo marcó, llevándolo a rechazar el coche como símbolo de progreso deshumanizado. En Los Ángeles, caminaba, tomaba transporte público o era llevado por amigos. En una entrevista con PBS, afirmó que su miedo al automóvil simbolizaba su amor por el tiempo lento y la contemplación.

Fahrenheit 451: un manifiesto contra la censura

Escrita en el sótano de la biblioteca de UCLA, Fahrenheit 451 narra una sociedad donde leer es un delito y los bomberos queman libros. El título se refiere a la temperatura en que el papel se incendia. Su protagonista, Guy Montag, se rebela tras sospechar:

“Tal vez los libros puedan ayudarnos a salir de la cueva”

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Un homenaje en el cosmos

El asteroide (9766) Bradbury y un cráter lunar llamado Dandelion rinden tributo a su impacto cultural. Además, tiene una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood. Bradbury expresó el deseo de que sus cenizas fueran llevadas a Marte en una lata de sopa Campbell’s, para ser enterradas en el “Abismo Bradbury”.

Argentina, un amor inesperado

En 1997, Bradbury visitó la Feria del Libro de Buenos Aires, donde fue recibido como una celebridad. La editorial Minotauro, fundada por Francisco Porrúa, fue pionera en traducir su obra al español. Jorge Luis Borges escribió el prólogo de Crónicas marcianas, destacando la piedad del autor hacia los marcianos. Marcelo Cohen, traductor de su obra, señaló que esta fue una puerta de entrada para lectores de ciencia ficción en Argentina.

Un artista multidisciplinario

Además de escribir, Bradbury pintaba. Su estilo naíf reflejaba su interés por la infancia, los colores planos y las formas oníricas. Su estudio, lleno de máscaras, juguetes y objetos diversos, era un universo que alimentaba su imaginación. Colaboró con el fotógrafo argentino Aldo Sessa en Fantasmas para siempre, presentado ante 3,000 personas en el Observatorio Griffith de Los Ángeles.

El niño que lloró por Alejandría

A los nueve años, Bradbury lloró al enterarse del incendio de la biblioteca de Alejandría, un evento que inspiró Fahrenheit 451. Autodidacta, vendía periódicos y escribía cuentos por las noches. Su lema era:

“Escribí un cuento por semana. Es imposible escribir 52 cuentos malos seguidos”

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Ray Bradbury fue un defensor del espíritu humano frente a la desmemoria y la automatización. A 12 años de su muerte, su obra sigue encendiendo hogueras en la imaginación de lectores. En un mundo acelerado, Bradbury sigue caminando hacia Marte, a su propio ritmo.