El mensaje de México sobre los disturbios en Los Ángeles generó fricciones con la embajada estadounidense, pese a que el recién nombrado representante de EU, Ronald Johnson, aclaró que los disturbios violentos no reflejaban la postura oficial de la población mexicana. La presidenta Claudia Sheinbaum, sin embargo, rechazó abiertamente las acciones de Estados Unidos contra migrantes ilegales con antecedentes penales.
Contrastes en la gestión de protestas
El análisis destaca la divergencia en el manejo de disturbios entre ambos países: en México, grupos minoritarios como la CNTE han mantenido bloqueos y ataques a infraestructura pública sin consecuencias inmediatas, mientras que en Estados Unidos se aplican medidas contundentes contra actos violentos, incluyendo detenciones masivas.
Interpretaciones del discurso presidencial
La respuesta de Sheinbaum admite dos lecturas posibles: podría responder a una reacción impulsiva ante la represión policial en EU o servir como estrategia negociadora en temas migratorios, considerando que comunidades mexicanas en territorio estadounidense están sujetas a regulaciones locales.
Agenda bilateral en riesgo
El desacuerdo amenaza temas cruciales en la relación bilateral, entre ellos: el combate al narcotráfico, el flujo de migrantes ilegales facilitado por cárteles, los aranceles que ponen a México al borde de la recesión, y la corrupción vinculada a visas y conexiones diplomáticas con China, Rusia y Cuba. Además, se menciona la iniciativa del secretario de Estado Marco Rubio para perseguir activos robados en el sistema financiero estadounidense.
Contexto migratorio y judicial
México defendió a migrantes sin documentos legales, muchos de ellos con procesos pendientes o antecedentes delictivos en EU. “Los migrantes residentes desde tiempo histórico y nuevos con permisos oficiales no han sido molestados por las autoridades migratorias a menos de que en público se les pida la exhibición de papeles de permanencia”, señala el texto. Sin embargo, tribunales estadounidenses albergan miles de casos de migrantes, incluso con estatus legal, involucrados en delitos violentos.
Antecedentes de políticas migratorias
El documento recuerda cómo la administración Trump presionó a México para aceptar el “tercer país seguro”, obligando a migrantes a tramitar sus casos desde territorio mexicano. Esta medida, junto con otras de control fronterizo, refleja la visión de seguridad nacional que ambas naciones aplican en materia migratoria.
“El contrapunto del mensaje en la red X del embajador Johnson contrasta con la pasión con la sangre caliente que le ganó a la presidenta Sheinbaum.”
