El nuevo rostro de la izquierda dividida
Con la participación de Evo Morales y Luis Arce fuera de la contienda electoral, Andrónico Rodríguez, actual presidente del Senado boliviano, se posiciona como el principal referente de la izquierda para las elecciones del 17 de agosto. Esta será la primera vez en casi dos décadas que el Movimiento al Socialismo (MAS) competirá fragmentado.
El senador por Cochabamba, de 36 años, busca consolidarse como el líder capaz de reunificar a una izquierda fracturada por las tensiones internas entre sus históricos dirigentes. Su candidatura fue oficializada el 3 de mayo y confirmada por el Tribunal Constitucional el 5 de junio, tras superar obstáculos legales que intentaron impedir su participación.
Un llamado a la unidad
“Quiero decirles, queridos hermanos, acepto. Acepto este mandato y pedido popular a cambio de unidad”, fueron las palabras con las que Rodríguez anunció su decisión. Durante la confirmación de su candidatura, afirmó: “Finalmente se impuso la fuerza de la razón. Tenemos el vehículo, tenemos la llave, tenemos el piloto. A correr en este proceso electoral pensando en Bolivia. No hemos venido a dividir, hemos venido a unificar”.
Origen y formación política
Nacido en 1988 en Sacaba, Cochabamba, Rodríguez creció en Entre Ríos, una comunidad en la región selvática del país. Su primera exposición a la figura de Evo Morales fue a los 10 años, a través de un afiche electoral. Su participación política comenzó desde joven en sindicatos campesinos junto a sus padres.
“Noté que a mi padre le faltaba algo. Entonces, dije: qué hago yo para superarlo. Tengo que leer. Tengo que estudiar. Pero si voy a la universidad, no voy por un título sino porque tengo que ampliar mi conocimiento”, expresó sobre su decisión de estudiar Ciencias Políticas en la Universidad Mayor de San Simón.
Ascenso político bajo la sombra de Evo
Su carrera política se aceleró al frente de las Juventudes Estudiantiles de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba, organización clave en el cultivo de coca y liderada por Morales. En 2018 fue elegido vicepresidente de dicha organización, lo que le valió el apodo de “el heredero de Evo”.
A pesar de romper con Morales para presentar su candidatura, Rodríguez mantiene respeto hacia su figura: “Por más que no me tenga presente o ya no me quiera, hermano Evo, yo lo voy a tener siempre presente. Yo no seré malagradecido, desleal o traidor como dicen”.
Críticas desde múltiples frentes
El candidato ha enfrentado cuestionamientos tanto desde sectores cercanos a Evo como desde la oposición. El expresidente lo acusó de ser “un instrumento del imperio y la derecha”, mientras que el empresario Samuel Doria Medina lo calificó de “más de lo mismo”.
“Los masistas son los responsables de la crisis que estamos viviendo. No queremos saber más de esta situación. No crean que un rejuvenecimiento podrá ganar”, añadió Medina, quien lidera las encuestas preelectorales.
Un reto de reconciliación
Con 14.2% de intención de voto según encuesta de Unitel, Rodríguez enfrenta el desafío de reunificar una izquierda fragmentada. “No hay otro camino que no sea la unidad verdadera de todas las organizaciones y movimientos sociales de Bolivia. Hacemos un llamado a la unidad”, reitera constantemente el candidato.