Encuentro en Palacio Nacional
La jefa del Estado mexicano, Claudia Sheinbaum, sostuvo un diálogo con Christopher Landau, subsecretario de Estado de Estados Unidos, y Ronald Johnson, embajador estadounidense en México. Durante este encuentro en Palacio Nacional, la mandataria manifestó su rechazo a las medidas migratorias implementadas por la administración de Donald Trump. “Expresamos nuestro desacuerdo con operativos que afectan a trabajadores honestos en Estados Unidos, ya que esto perjudica tanto a las personas como a la economía estadounidense”, detalló Sheinbaum en su rueda de prensa habitual.
La conversación tuvo lugar en un contexto de tensión bilateral, derivado de acusaciones infundadas por parte de Washington sobre el supuesto apoyo de México a disturbios en Los Ángeles. La mandataria aclaró que su posición siempre ha sido contraria a la violencia, aunque priorizó mantener una relación estable con el principal socio comercial de México.
Temas migratorios y comerciales
Sheinbaum aprovechó la reunión para abordar la situación de los ciudadanos mexicanos en Estados Unidos. “Manifestamos nuestra preocupación por quienes se encuentran en ese país y no compartimos la idea de perseguir a personas que realizan labores dignas”, aseguró. La presidenta también destacó la contribución laboral de la comunidad mexicana, mencionando que busca un reconocimiento a su esfuerzo. Landau, según relató Sheinbaum, se comprometió a comunicar este mensaje al presidente estadounidense.
La mandataria confirmó que abordará directamente este asunto con Trump durante la cumbre del G-7 en Canadá. Además, se informó sobre avances en políticas migratorias de México y esfuerzos contra organizaciones delictivas dedicadas al tráfico de drogas. El diálogo también incluyó aspectos comerciales, particularmente relacionados con exportaciones mexicanas y aranceles aplicados.
Contexto diplomático
Landau, quien ya ocupó el cargo de embajador en México durante el primer periodo de Trump, señaló según Sheinbaum que su objetivo actual es fortalecer las relaciones entre ambos países. La reunión, calificada por la presidenta como protocolaria, sirvió para revisar diversos temas de interés mutuo sin descuidar las diferencias existentes en materia migratoria.
