El pronóstico de la Universidad del Estado de Colorado (CSU) revela que la posibilidad de que un huracán categoría 3 o superior golpee Estados Unidos en la temporada ciclónica 2025 se eleva al 51%, superando el promedio histórico del 43%. Este cálculo forma parte del análisis anual del Departamento de Ciencias Atmosféricas de CSU, que establece la actividad ciclónica en un nivel del 125% respecto a la media de 1991-2020, similar al 130% registrado en 2024.
Detalles geográficos y proyecciones
Según el informe, la probabilidad de que un huracán mayor toque tierra en la costa este de Estados Unidos es del 26%, mientras que en la costa sur, desde el noroeste de Florida hasta Brownsville (Texas), asciende al 33%. El Caribe enfrenta un riesgo del 56% de ser impactado por al menos un huracán mayor.
La institución prevé que en la temporada del Atlántico se registren 17 tormentas con nombre, nueve huracanes y cuatro de categoría 3 a 5, con vientos mínimos de 178 km/h. Además, se esperan 85 días con actividad ciclónica y 35 días de huracanes.
Causas y factores climáticos
El calentamiento del océano Atlántico y el mar Caribe por encima de lo habitual es el principal factor que explica la mayor actividad ciclónica. Sin embargo, los investigadores advirtieron sobre “la mayor incertidumbre en el pronóstico de junio” debido a señales climáticas débiles, como las anomalías de temperatura en los océanos Atlántico y Pacífico, que son menos claras que en 2024.
El investigador Phil Klotzbach, autor principal del estudio, destacó que “a pesar de que el promedio de nuestras temporadas análogas es de actividad por encima de lo normal, la gran variabilidad observada resalta los altos niveles de incertidumbre”. CSU emite este pronóstico independiente de la NOAA, que en mayo proyectó entre 17 y 19 tormentas con nombre y hasta 10 huracanes.
Contexto de temporadas anteriores
La temporada de 2024 fue particularmente activa, con 18 tormentas y 11 huracanes, incluyendo cinco que afectaron a Estados Unidos. Los huracanes Helene y Milton causaron más de 250 fallecimientos y 120 mil millones de dólares en daños en el sureste estadounidense.
En medio de este escenario, el presidente Donald Trump expresó su intención de desmantelar la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA), argumentando que los estados deberían encargarse directamente de la respuesta a desastres naturales, incluyendo huracanes.