© 2025 NotiLat. Todos los derechos reservados.

Nacional

Cinthia, condenada a 110 años por secuestro, impugna su sentencia bajo sospecha de testimonios falsos

Publicado

el

La acusación contra Cinthia González González se sustenta en testimonios cuestionados, incluyendo el de Felipe Arzola Cortés, un investigador de la procuraduría estatal. La mujer cumple una condena de 110 años en Santiaguito, Almoloya de Juárez, por el secuestro y muerte de José Francisco “N”.

Pruebas y circunstancias del caso

Según datos oficiales, Cinthia fue la última persona en ver con vida al comerciante de calzado en Toluca, evento ocurrido hace nueve años. El cuerpo de la víctima fue hallado en Zumpahuacán con señales de violencia. Durante las audiencias judiciales, no se presentaron evidencias sobre el trayecto del taxi donde ambos viajaban.

“Un testigo fabricado menciona que al taxi subieron dos individuos adicionales y ahí desaparece el joven”, denunció su abogada Leticia Fernández, quien también destacó la falta de análisis con perspectiva de género en el juicio.

Exigencias de rescate y detenciones

La familia del desaparecido recibió llamadas solicitando tres millones de pesos por su liberación. Solo se abonaron 15 mil, lo que permitió la captura de un individuo en flagrancia, ahora recluido en Chiapas con una sentencia de 123 años relacionada con el mismo caso.

Anuncio

Defensa familiar y testimonios

Manifestaciones de apoyo se concentraron en el Tribunal Superior de Justicia del Estado de México, donde allegados exigieron revisar el procedimiento legal. La madre de Cinthia, de 30 años, describió a su hija como “una persona dedicada a ser humana”, “justa” y “dadivosa”, interrumpida en sus estudios de enfermería por el proceso penal.

Historia personal y vida en prisión

La relación entre Cinthia y José Francisco inició en la preparatoria, reencontrándose casualmente años después. Su madre afirmó que nunca existió relación sentimental entre ambos, destacando que él ya estaba casado.

Juan Carlos, esposo de Cinthia desde 2019, aseguró que “no ha pasado por su mente abandonarla”, pese a las dificultades derivadas de la condena. La ceremonia nupcial se realizó sin asistencia de invitados en el interior del penal, limitándose a la firma de documentos.

“Al final era lo que queríamos y fue algo bueno para los dos”, comentó el barbero de 32 años, quien enfrenta el desgaste emocional de las visitas regulares al centro carcelario, pero mantiene la esperanza de lograr su libertad mediante el amparo presentado.

Anuncio