Criterios para intervenir en la crianza de menores ajenos
El vínculo afectivo previo es fundamental para cualquier persona que desee influir en la educación de un niño ajeno. El psiquiatra Horacio Vargas Murga indica que antes de introducir reglas, debe generarse una conexión emocional auténtica con el menor.
El especialista recomienda que quienes desean participar en la crianza deben conocer profundamente a los niños: sus preferencias, miedos y dinámicas cotidianas. Esta aproximación debe hacerse sin pretensiones de sustituir a ninguno de los progenitores biológicos ni realizar comparaciones.
Comunicación efectiva en familias extendidas
Para mantener coherencia en la educación, el experto sugiere que los adultos realicen conversaciones privadas sobre pautas básicas: horarios, normativas y consecuencias. Estas discusiones buscan evitar contradicciones frente a los menores.
Las correcciones deben realizarse con enfoque constructivo, explicando cómo las acciones afectan al entorno.
“Es mejor decir: ‘yo me siento incómodo cuando gritas en la noche’, en lugar de ‘tú siempre haces escándalo’”
, ejemplifica el especialista.
Disciplina sin violencia
En cuanto a las consecuencias disciplinarias, el psiquiatra recomienda retirar actividades placenteras temporalmente, como ver televisión o jugar.
“No se debe intentar reemplazar a la madre o padre biológico, ni hacer comparaciones”
, insiste Murga.
