© 2025 NotiLat. Todos los derechos reservados.

Ciencia

Voces que desafían el silencio en medio de la adversidad

Publicado

el

Juventud y activismo frente al peligro

Álvaro Quiroz, activista originario de Atotonilco el Alto, Jalisco, ha concentrado en sus 25 años de vida múltiples experiencias que marcan su compromiso social. Desde su adolescencia enfrentó situaciones de calle, violencia y discriminación por su identidad sexual, encontrando en el dibujo una herramienta para procesar su realidad.

El activismo social se convirtió en su principal herramienta de transformación. Fundó Brigada 12, proyecto enfocado en el apoyo a personas en situación de calle, mientras desarrollaba su carrera artística de manera autodidacta. Su labor no ha estado exenta de riesgos, enfrentando amenazas similares a las que viven muchos defensores de derechos humanos en México.

Arte como herramienta de resistencia

Ante la crisis financiera que puso en peligro la continuidad de la casa hogar de Brigada 12 en 2019, Álvaro encontró una solución creativa: organizar una subasta con sus propias obras artísticas. “Empecé a usar lo que estaba estudiando, mi arte, como un medio para financiar los programas, los eventos, las necesidades que teníamos”, explica el activista en entrevista para Opinión 51.

Este vínculo entre arte y activismo lo llevó a un reconocimiento internacional sin precedentes. Se convirtió en el primer artista mexicano en exponer ante líderes globales en la 16ª Reunión del Grupo de Trabajo sobre Asistencia Técnica de la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional, presentando su serie pictórica Ecos de realidad.

Anuncio

Riesgos de denunciar injusticias

El activista reconoce abiertamente los temores que enfrenta en su labor. “Una vez, en una entrevista, me preguntaron si no tenía miedo ante las amenazas y, pues, la verdad es que sí. A partir de allí me pregunté qué pasaría si dedicara 100% mi vida al servicio y a cambiar mi entorno y según las estadísticas lo más probable es que termine en una bolsa”, confiesa con franqueza.

Este testimonio refleja la cruda realidad que comparten muchos defensores de derechos humanos en México y otros países. Álvaro describe cómo, a partir de esa reflexión, estableció conexiones con activistas de distintas regiones del mundo: “me decían que habían recibido amenazas o que ya estaban refugiados o, incluso, que habían tenido intentos de asesinato”.

Continuar Leyendo
Anuncio
Haz clic para comentar

Deja un Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *