Aplicación de norma divide opiniones
La ejecución de la orden presidencial de Donald Trump que establece el dominio del inglés como requisito para operar vehículos comerciales en Estados Unidos comenzó a aplicarse formalmente el pasado 25 de junio. La medida ha generado controversia entre transportistas y autoridades, con críticas por considerarla excluyente y sin criterios claros.
Sean Duffy, titular de Transporte en el gobierno estadounidense, enfatizó que “un conductor que no pueda entender inglés no conducirá un vehículo comercial en este país. Punto”, dejando en evidencia la firmeza del enfoque gubernamental.
Rechazo en comunidad transportista
El colectivo de transportistas mexicanos y de origen latino expresa preocupación por los efectos laborales y económicos derivados de la disposición. Señalan que la política se aplica sin periodos de adaptación razonables ni definiciones precisas sobre el nivel requerido de conocimiento lingüístico.
Operativos en estados fronterizos como Texas han involucrado a agentes de ICE, generando un ambiente de inquietud entre conductores. Ricardo Chávez, camionero con experiencia de diez años en la ruta El Paso-Ciudad Juárez, relató durante una entrevista desde Oklahoma cómo fue detenido sin motivo aparente en Alabama: “Esto no es seguridad, es discriminación. Nos están usando como filtro para identificar a quienes no dominan el idioma y después investigarlos. Están criminalizando a trabajadores por su perfil racial, eso es discriminación”.
Adaptación empresarial y educativa
Ante la situación, empresas y centros formativos en El Paso y Ciudad Juárez han intensificado programas de enseñanza del idioma para conductores de carga. No obstante, reconocen que el plazo para cumplir con el requisito es insuficiente.
Ofelia, instructora en una escuela de formación para conductores comerciales, destacó que “estamos haciendo un esfuerzo, pero no se puede exigir fluidez en inglés a trabajadores que nunca lo necesitaron antes para desempeñar bien su labor. Esto va más allá de la capacitación; se trata de inclusión y respeto”.
Consecuencias sectoriales
La ya existente escasez de conductores podría agravarse según advertencias de sindicatos y empresas transportistas. Manuel Sotelo, líder del gremio en Ciudad Juárez, indicó que “esto está afectando a muchos choferes que tienen años dedicándose a esta labor. Hablan lo suficiente para comunicarse en carretera, pero ahora se les exige un dominio que ni siquiera se ha definido claramente. Estamos perdiendo operadores por miedo o por no cumplir con este requisito”.
La medida también impacta en la logística comercial. Se calcula que más del 60% del intercambio terrestre entre México y Estados Unidos depende de operadores bilingües o hispanohablantes. Empresas reportan cancelaciones de rutas por temor a detenciones o sanciones a sus empleados.
Posibles acciones legales
Organizaciones defensoras de derechos migratorios junto con representantes del sector transporte planean presentar recursos legales ante el Congreso estadounidense. Exigen revisión de una política que consideran perjudicial para la integración económica regional y socialmente injusta.