El mandatario estadounidense ha decretado una tarifa del 25 por ciento sobre mercancía proveniente de Japón y Corea del Sur, justificando esta medida con base en déficits comerciales históricos con ambos países aliados en Asia.
Comunicación directa y advertencia
Trump utilizó su plataforma Truth Social para hacer llegar sendas cartas a los líderes de ambas naciones el 1 de agosto, donde advirtió que cualquier aumento en sus impuestos de importación resultaría en un incremento adicional al gravamen ya establecido.
“Si por alguna razón deciden aumentar sus aranceles, entonces, cualquier número que elijan para aumentarlos se sumará al 25% que cobramos” fue la frase textual incluida en ambos documentos dirigidos al primer ministro japonés Shigeru Ishiba y al presidente surcoreano Lee Jae-myung.
Contexto económico y reacciones
Estos anuncios forman parte de una serie de medidas que han generado inestabilidad en los mercados financieros, evidenciada en la caída del 1% del índice S&P 500 y el aumento de los bonos del Tesoro a 4,39%.
El presidente estadounidense ha argumentado que estos impuestos son esenciales para revitalizar la industria nacional y financiar reducciones de impuestos recientemente aprobadas.
Estrategia comercial y negociaciones
El período de negociación de 90 días concluye oficialmente, aunque tanto el propio Trump como su equipo han señalado que existe una prórroga informal de tres semanas para continuar con los diálogos.
El gobierno de Estados Unidos espera alcanzar múltiples acuerdos comerciales, aunque hasta la fecha solo se han concretado dos marcos: uno con Vietnam orientado a evitar la reexportación de productos chinos y otro con Reino Unido que establece exenciones en acero, aluminio y automóviles.
Impacto en relaciones internacionales
Estados Unidos registra déficits comerciales significativos con ambos países: 69,400 millones de dólares con Japón y 66,000 millones con Corea del Sur según datos oficiales del año 2024.
Los aranceles del 25% aplicarán a productos no incluidos en categorías específicas, donde los automóviles mantendrán el 25% y el acero y aluminio llegarán al 50%.
“Estos aranceles pueden ser modificados, al alza o a la baja, dependiendo de nuestra relación con su país”
Esta declaración refleja la naturaleza negociable de las tarifas, dejando abierta la posibilidad de ajustes basados en las dinámicas diplomáticas futuras.