Revelación impactante del cineasta
En una serie documental que aborda su trayectoria profesional, Martin Scorsese confesó que llegó a un punto crítico durante el proceso de edición de Taxi Driver. El reconocido director de cine admitió que contempló la posibilidad de adquirir un arma para enfrentar a los responsables de Columbia Pictures, con el objetivo de impedir cualquier modificación en el montaje final.
Presión por la censura de la película
Según relató Scorsese en el documental Mr. Scorsese, que próximamente se estrenará en Apple TV+, la insistencia de los ejecutivos del estudio por suavizar la violencia en la escena final lo condujo a una situación de desesperación. La disputa se centraba en la representación de la sangre en la secuencia climática, ya que los productores temían no obtener la clasificación R, lo que afectaría la posibilidad de exhibición en salas comerciales.
“Me senté en la cama y pensé: ‘¿Y si compro un arma?’”, confesó Martin Scorsese al recordar uno de los momentos más tensos de su carrera.
Plan alternativo de sabotaje
Aunque inicialmente consideró una acción extrema, el cineasta aclaró que su intención real no era usar un arma, sino ejecutar un plan distinto: infiltrarse en las instalaciones del estudio para recuperar el primer corte del filme. “Lo que quería hacer –y no con un arma– era entrar, averiguar dónde está el primer montaje y romper las ventanas para llevármelo”, explicó. “De todas formas van a destruir la película, así que déjenme destruirla yo. Pero antes, me la robaré.”
Reacciones de otros directores
Steven Spielberg y Brian De Palma, colegas de Scorsese, también participan en el documental y relatan cómo vivieron aquel momento. Spielberg mencionó una llamada telefónica en la que Scorsese expresaba su frustración: “Quieren que corte toda la sangre que salpica, quieren que corte la escena del tipo que pierde la mano.” Por su parte, De Palma recordó que “la historia es que quería matar al jefe del estudio.”
“Spielberg dijo: ‘¡Marty, detente! ¡Marty, no puedes hacerlo!’ Y cuanto más me decían que no, más decía yo que lo iba a hacer.”
Lucha por el control creativo
Scorsese enfatizó que estas tensiones no eran exclusivas de su experiencia, sino parte del entorno habitual de los realizadores de su época. “La integridad de la película estaba en juego, y sentí que no tenía otra opción”, aseguró.
