El segundo periodo presidencial de Donald Trump ha mostrado un notable incremento en deportaciones migratorias, con aproximadamente 200 mil personas expulsadas en los primeros siete meses. Esta cifra, revelada por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), representa un esfuerzo sin precedentes en la política migratoria estadounidense.
Polémica por ocultamiento de datos
Organizaciones defensoras de los derechos humanos han señalado irregularidades en la transparencia de los operativos, indicando que compañías aéreas utilizan estrategias para dificultar el seguimiento de vuelos de deportación. “Intentan ocultar los datos”, denunciaron activistas, refiriéndose a tácticas como el uso de nombres operativos alternos y bloqueo de identificadores en plataformas de rastreo aéreo.
Operativos récord y expansiones logísticas
El movimiento migratorio forzado ha rebasado los 350 mil casos contabilizados desde inicios de año, incluyendo repatriaciones coordinadas por diversas agencias federales y autodeportaciones. Tom Cartwright, investigador especializado en movimientos migratorios, documentó un récord histórico de operativos: “1,214 vuelos en julio, el nivel más alto desde 2020”, precisó.
Controversias judiciales y alianzas internacionales
En el ámbito legal, la jueza federal Kathleen Williams mantiene su postura sobre el cierre del centro de detención en Florida conocido como Alcatraz de los caimanes, pese a la apelación gubernamental. Paralelamente, Ruanda ha iniciado la recepción de migrantes deportados desde territorio estadounidense bajo un convenio especial que contempla hasta 250 traslados.
