El Senado de Estados Unidos dio luz verde este lunes al nombramiento de Stephen Miran, jefe del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, para ocupar una plaza en la Junta de Gobernadores de la Reserva Federal. La votación terminó con un ajustado resultado de 48 a 47 votos a favor, permitiendo que Miran sustituya a Adriana Kugler, quien dejó su cargo antes de lo previsto.
Un nuevo integrante con estrecha vinculación presidencial
Miran, reconocido por su respaldo a las políticas arancelarias impulsadas por el presidente Trump, se convertirá en el primer colaborador directo de la Casa Blanca en formar parte del consejo de la institución bancaria central. Su mandato se extenderá hasta el año 2026. Su llegada se produce poco tiempo después del cese de Lisa Cook, decisión sin precedentes que disminuyó la presencia demócrata en la Fed.
Reacciones y críticas al nombramiento
El senador demócrata Rubén Gallego manifestó su rechazo al nombramiento, señalando en una publicación de X que Miran no fue designado para beneficiar a las familias, sino para seguir las instrucciones del presidente. Durante las audiencias previas, varios legisladores expresaron preocupaciones sobre posibles conflictos de intereses debido a su rol actual como asesor de Trump.
“Mis opiniones y decisiones estarán basadas en mi análisis de la macroeconomía y en lo que sea mejor para su manejo a largo plazo”, aseguró Miran.
Contexto político en la Reserva Federal
Miran se unirá a otros dos integrantes de la Junta de Gobernadores con conexiones políticas cercanas a Trump: Christopher Waller y Michelle Bowman. Estos dos han estado en desacuerdo con el presidente de la Fed, Jerome Powell, en decisiones recientes, como la determinación de mantener las tasas de interés entre 4,25 y 4,5 por ciento, donde se han mantenido desde la reducción de diciembre de 2024.
Impacto en la independencia de la Fed
Aunque la vacante cubierta por Miran no es la misma dejada por Cook, su designación refuerza la influencia del Ejecutivo en las políticas monetarias del país, reactivando debates sobre la autonomía del banco central. Su posición, junto con la de otros miembros afines al presidente, podría marcar un giro en las decisiones futuras de la institución.