Datos oficiales del sismo
El Servicio Sismológico Nacional (SSN) confirmó la ocurrencia de un movimiento telúrico de 4.0 grados en la escala de Richter en la región de Cihuatlán, estado de Jalisco. El evento se registró a las 3:51 horas del domingo 28 de septiembre a 183 kilómetros al suroeste del municipio, con una profundidad de 5.5 kilómetros, ubicado exactamente en las coordenadas 18.674° de latitud norte y -106.197° de longitud oeste.
Sin reportes de daños
Las autoridades estatales y federales no han reportado daños estructurales ni víctimas tras el sismo. Se recomienda a la población mantenerse informada únicamente a través de canales oficiales para cualquier actualización relacionada con el evento, ya que los datos proporcionados por el SSN son preliminares y podrían ser modificados con posterioridad.
Contexto geológico de México
El territorio mexicano se encuentra ubicado en una zona de alta actividad tectónica, lo que explica la frecuencia de sismos en el país. Como explica el SSN, “los sismos no se pueden predecir. No existe ningún método o tecnología actual que permita conocer cuándo pasará un movimiento telúrico”. La mayoría de los movimientos registrados diariamente son de baja magnitud y no son perceptibles para la población.
Caracterización de los movimientos telúricos
Existen múltiples factores que influyen en la percepción de un sismo, como el tipo de suelo, la distancia al epicentro y la atenuación sísmica. México cuenta con dos sistemas principales para el monitoreo de estos fenómenos: el Servicio Sismológico Nacional, encargado de medir la magnitud y ubicar el epicentro, y la Red Acelerográfica Nacional del Instituto de Ingeniería de la UNAM, que registra el comportamiento del suelo durante eventos de gran intensidad.
Riesgos históricos y futuros
México tiene antecedentes de sismos devastadores, como los ocurridos en 1985 y 2017, que dejaron un saldo de múltiples pérdidas humanas y daños materiales en la Ciudad de México. El terremoto más intenso registrado en la historia del país fue el de 1787 en Oaxaca, con una magnitud de 8.6 que generó un tsunami que penetró 6 kilómetros tierra adentro. Estudios del Centro de Instrumentación y Registro Sísmico (Cires) indican que existe la posibilidad de que se repitan eventos similares en las costas de México y Centroamérica, especialmente en la llamada Brecha de Guerrero, donde se acumula gran cantidad de energía.