La experiencia del espectador en un evento deportivo va más allá del juego en sí: incluye todo lo que lo rodea, y entre esos elementos clave está la oferta gastronómica. En Guadalajara, un negocio especializado en botanas ha logrado destacar por su alta aceptación entre los asistentes a partidos y torneos, convirtiéndose en parte esencial de la rutina de muchos fanáticos.
Un fenómeno en la Perla Tapatía
Durante el GDL Open del mes pasado y en cada encuentro de Charros de Jalisco, una marca de snacks ha generado largas filas entre los asistentes. Fries Avenue, conocida por su variedad de papas a la francesa, boneless y dedos de queso, acompañados de salsas elaboradas, ha logrado posicionarse como uno de los favoritos entre el público deportivo.
Ofrece sus productos en plato o en cono, con opciones de aderezos que, en algunos casos, resultan exclusivas, aportando una experiencia sensorial distintiva que complementa la visita al estadio.
Expansión y ambición nacional
Cristian Ibarra, creador de Fries Avenue, destacó el compromiso de su marca con el deporte mexicano:
“Nos encanta participar en este tipo de eventos, apoyar el deporte mexicano que nos encanta. Contamos con la presencia en seis estadios en la República Mexicana, entonces nos encantan todos estos eventos y queremos seguir formando parte de más y más al punto de llegar a Estados Unidos y poner el nombre de México en alto”
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Actualmente, la marca tiene presencia en varios estados, entre ellos Aguascalientes, León y Jalisco, pero fue en Guadalajara donde el impacto fue más notable.
Recepción sobresaliente en Jalisco
El fundador destacó la acogida en la capital tapatía:
“La recepción aquí en Guadalajara, especialmente en Charros y el GDL Open ha sido espectacular, la gente ha dicho que ellos conocen la calidad de la papa y repite. La verdad vemos muchas caras repetidas, entonces la verdad es que estamos muy orgullosos de poder brindarles y hacerles llegar a todos esta calidad y este sabor”
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Una inspiración nacida en Europa
La idea surgió de un viaje familiar a Ámsterdam, donde Ibarra notó cómo ciertas marcas de papas atraían enormes filas. Intrigado, investigó la razón:
“La idea surgió de un viaje familiar en Ámsterdam y veíamos muchas marcas de papas, pero especialmente había una marca que tenía demasiada fila, entonces nos llamó la atención y dijimos ¿por qué será?, entonces, la verdad probamos diferentes y dijimos es que es la calidad de la papa y así es como quisimos traer la mejor la mejor papa a México y por eso es que nos tardamos tres años en la elaboración de la papa, los aderezos, pero creo que salimos al mercado con la mejor calidad que podíamos saber”
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Esa experiencia marcó un antes y un después: tras tres años de desarrollo, Fries Avenue lanzó su propuesta en México, apostando por la calidad como diferenciador clave.