Un violento asalto a un centro de entrenamiento policial en el noroeste de Pakistán dejó un saldo de siete agentes muertos y 13 heridos, tras un tiroteo prolongado que se extendió por casi seis horas, informaron las autoridades. El enfrentamiento concluyó con la muerte de seis insurgentes, quienes formaban parte de un grupo armado que logró ingresar al recinto tras una poderosa explosión inicial.
Ataque con explosivos y asalto coordinado
El hecho ocurrió en Ratta Kulachi, zona aledaña a Dera Ismail Khan, cuando un camión cargado con explosivos fue detonado por un atacante suicida en la entrada principal del centro, derrumbando parte del muro perimetral y causando la muerte inmediata de un oficial. Tras la explosión, hombres armados vestidos con uniformes ingresaron al complejo, abriendo fuego con armas automáticas y lanzando granadas contra los efectivos que se encontraban dentro.
“Tras la explosión inicial, los atacantes lograron entrar en las instalaciones, donde se encontraban unos 200 reclutas y sus instructores”, declaró Sajjad Ahmad, jefe de la policía local, a The Associated Press. Los atacantes utilizaron armamento pesado en lo que las autoridades calificaron como un intento coordinado de causar una masacre entre los cadetes.
Respuesta de las fuerzas de seguridad
Las fuerzas policiales y unidades paramilitares respondieron con fuego cruzado, logrando neutralizar a los seis insurgentes e impedir que el ataque tuviera consecuencias aún más devastadoras. Durante el operativo de limpieza del centro, los agentes recuperaron chalecos suicidas, armas, municiones y otros artefactos explosivos que los atacantes habían llevado consigo.
El grupo Tehreek-e-Taliban Pakistán (TTP), prohibido en el país, emitió inicialmente un comunicado asumiendo la responsabilidad del ataque, aunque más adelante negó su participación. A pesar de esta contradicción, las autoridades mantienen la hipótesis de que se trató de un operativo insurgente de alta planificación.
Escalada de violencia en la región fronteriza
El vocero del ejército paquistaní, Ahmad Sharif Chaudhry, afirmó que desde 2021 se ha registrado un aumento sostenido de actos terroristas, particularmente en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, fronteriza con Afganistán. Durante una rueda de prensa, reveló que hasta el 15 de septiembre de este año, las fuerzas de seguridad han ejecutado más de 10 mil operaciones antiterroristas, en las que fueron eliminados 970 milicianos.
En esos operativos, perdieron la vida 311 soldados y 73 policías, cifras que evidencian el alto costo humano del esfuerzo estatal para contener la insurgencia. El ministro del Interior, Mohsin Naqvi, rindió homenaje a los oficiales caídos, calificando su actuación como un acto de valentía y sacrificio en defensa del orden público.