En Estados Unidos, la ausencia de pago a empleados federales debido al shutdown prolongado está generando una cascada de desórdenes en el sistema de aviación civil. A partir del 28 de octubre, los controladores aéreos dejarán de recibir su salario, pese a que siguen siendo obligados a desempeñar sus labores consideradas esenciales para la operación del país.
Desborde operativo por ausentismo
Sin remuneración y sin posibilidad de huelga, muchos controladores han comenzado a ausentarse laboralmente bajo justificaciones médicas, lo que ha provocado un aumento drástico en bajas. Este fenómeno está impactando directamente en la fluidez del tráfico aéreo, con más de 50 incidentes reportados en días recientes. Aeropuertos clave como los de Los Ángeles, Washington, Chicago, Cleveland, Indianápolis y Nueva York han sufrido interrupciones y retrasos significativos.
Las condiciones laborales ya eran críticas antes de la crisis: cerca de la mitad del personal trabaja seis días por semana, con jornadas promedio de diez horas diarias. Además, el sistema enfrenta una escasez estructural de personal, con aproximadamente 3.000 puestos vacantes a nivel nacional.
Formación interrumpida, futuros en riesgo
El cierre también afecta la formación de nuevos controladores. El centro nacional de entrenamiento para la aviación civil ya no podrá cubrir los pagos a sus alumnos, lo que ha desencadenado desertiones entre los aspirantes. La prensa local ha documentado varios casos de jóvenes que han decidido abandonar sus estudios por la incertidumbre económica.
“Los controladores aéreos ya no cobran, pero tienen la obligación de trabajar, ya que se los considera esenciales para el buen funcionamiento del país.”
Esta situación profundiza la tensión en un sector clave de la infraestructura nacional, mientras el shutdown entra en su cuarta semana sin una solución legislativa a la vista.
