La revista Time ha otorgado su reconocimiento anual como Persona del Año no a un individuo único, sino a un grupo clave: los denominados “Arquitectos de la IA”, responsables de impulsar una transformación global en múltiples ámbitos. Este homenaje colectivo refleja el momento histórico en que la inteligencia artificial dejó de ser una promesa futurista para convertirse en una fuerza dominante en la economía, la política y la vida cotidiana.
Los líderes que construyen el futuro
Entre los reconocidos figuran Mark Zuckerberg (Meta), Lisa Su (AMD), Elon Musk (Tesla), Jensen Huang (Nvidia), Sam Altman (OpenAI), Demis Hassabis (Google DeepMind), Dario Amodei (Anthropic) y Fei-Fei Li, pionera en visión computacional y fundadora de World Labs. La selección responde a un criterio histórico: aunque Time rara vez ha premiado tecnologías o colectivos, en 1982 eligió a la computadora personal y en 1988 al planeta Tierra. Ahora, vuelve a romper el esquema al destacar a los responsables humanos detrás de la revolución de la IA.
“Por crear la era de las máquinas pensantes, por sorprender y preocupar a la humanidad, por transformar el presente y trascender lo posible”, declaró Sam Jacobs, editor en jefe, al anunciar la decisión. El gesto no solo celebra avances técnicos, sino el profundo impacto social, económico y geopolítico que estos líderes han generado.
Una imagen con simbolismo histórico
La portada, ya considerada icónica, muestra a los ocho innovadores sentados sobre una viga metálica, en clara alusión a la famosa fotografía “Almuerzo en la cima de un rascacielos” de 1932. En lugar de obreros en construcción, esta imagen presenta a los ejecutivos que están moldeando el futuro digital. La composición trasciende lo estético: es un enunciado de poder, concentración de influencia y liderazgo tecnológico global.
Estos personajes representan el núcleo de la industria que más valor generó en 2025, impulsando mercados, influyendo en legislaciones y definiendo los debates sobre empleo, seguridad y soberanía tecnológica en naciones enteras.
La irrupción de la IA en la vida diaria
El año 2025 marcó el punto de inflexión en el que la inteligencia artificial dejó de ser una herramienta experimental para convertirse en infraestructura esencial. Según Statista, más de 700 millones de personas ya utilizan activamente herramientas de IA generativa, duplicando la cifra de 2024. Por su parte, IDC proyecta que el gasto global en soluciones de IA alcanzará los 640 mil millones de dólares en 2026, con un crecimiento anual del 28 por ciento.
McKinsey reveló que el 75 por ciento de las empresas de la lista Fortune 500 han integrado sistemas de IA generativa en procesos críticos, lo que evidencia que esta tecnología ya no es un experimento, sino una ventaja competitiva indispensable.
Presencia en los más altos niveles del poder
Un hecho simbólico destacado por la revista fue la asistencia de los principales CEOs del sector de IA a la toma de posesión del presidente Trump este año. Este gesto fue ampliamente notado en Washington y confirma que la regulación, seguridad y dominio tecnológico serán ejes centrales del nuevo gobierno.
Antes de la revelación, los mercados de predicción señalaban a Jensen Huang y Sam Altman como los más probables ganadores del galardón, consolidándose como figuras emblemáticas del impulso industrial y la innovación acelerada de la década.
Un punto sin retorno
Para la revista, 2025 es el año en que se confirmó que no hay vuelta atrás. La inteligencia artificial ya no es un episodio más de innovación, sino una plataforma civilizatoria con implicaciones éticas, riesgos sistémicos y enormes promesas económicas. La elección de Time reconoce tanto la admiración como la preocupación que este nuevo orden provoca.
Estos “Arquitectos de la IA” no son celebridades tecnológicas: sus decisiones, errores y visiones podrían moldear la existencia de miles de millones de personas en las próximas décadas. En una tradición que ha incluido presidentes, activistas y figuras culturales como Taylor Swift, ahora se coloca en el centro a quienes diseñaron la infraestructura más influyente del siglo XXI.
“2025 marca el fin del debate sobre si la IA será importante. Ese debate ya está enterrado. Ahora comienza la discusión sobre quién controlará su poder, quién establecerá sus límites y quién garantizará que esta era —la era que los Arquitectos de la IA ayudaron a crear— será una oportunidad y no una amenaza.”