Integrantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) conmemoran en diciembre los 32 años del levantamiento armado de 1994, un acontecimiento que posicionó en el ámbito global las críticas al modelo capitalista y a las políticas de despojo, despoblamiento y extractivismo que impactan a los pueblos originarios en Chiapas y otras regiones.
Un llamado a la reflexión y la resistencia
Los zapatistas extendieron una invitación pública a participar en lo que denominaron Semillero de pirámides, de historias, de amores y, claro, desamores, un espacio de encuentro destinado al diálogo entre pensadores, personas de nuevas generaciones y otras de trayectorias más extensas. El objetivo es intercambiar ideas sobre formas de resistencia sostenidas en el tiempo, con miras a construir modos de vida alternativos al sistema capitalista.
Alrededor de mil personas, provenientes de México y otros países, asistieron a la inauguración del evento. En su intervención, el Capitán Marcos, antes conocido como subcomandante Marcos, dio la bienvenida y destacó que el propósito es identificar, mediante el pensamiento crítico, “semillas que resisten y se rebelan contra la balanza de lo inmediato”.
Visión de mundo y comunicación zapatista
El orador abordó la riqueza de las lenguas mayas, que para los pueblos zapatistas no solo son vehículos de comunicación, sino expresiones de cosmovisiones distintas. “los compas tratan de hacerse entender por ustedes -también a través de las artes- buscan no solo transmitir el conocimiento, sino invitar a la acción”, señaló, enfatizando que se trata de una invitación concreta a construir alternativas.
Destacó que la dificultad para comprender el mensaje zapatista no radica únicamente en la barrera lingüística entre el maya y el castellano, sino en una diferencia de perspectiva.
“no solo es un problema de lengua (entre hablantes de lengua maya y castellana), es un problema de visión. Cuando los zapatistas comunicamos nuestro pensamiento, nuestra historia, nuestra idea, nuestro modo, les hablamos a ustedes que estamos mirando lejos en el calendario y la geografía”
, afirmó, recordando que su lucha se proyecta a mediano y largo plazo.
Acción como forma de expresión
El Capitán explicó que la forma en que los zapatistas se dan a conocer es fundamentalmente a través de la práctica. “nos explicamos haciendo cosas, no teorizando sobre ellas, como práctica que aporta para seguir siendo mejores”, subrayó. Su mensaje no es solo informativo, sino transformador: “No buscamos la felicidad, sino otra forma de ser felices. Siempre insatisfechos, buscamos cambiar todo, empezando por las relaciones de nosotros con la naturaleza y con lo otro, lo diferente (…) buscando que nos escuchen, que nos conozcan, nos entiendan y que nos respeten”.
El encuentro Semillero de pirámides, de historias, de amores y, claro, desamores se prolongará hasta el 1 de enero.