Un poderoso supertifón identificado como Fung-wong, denominado localmente Uwan, ha impactado en la costa oriental de Filipinas, registrando vientos constantes de 185 kilómetros por hora y ráfagas que alcanzan los 230 km/h. El fenómeno meteorológico hizo contacto con tierra en la provincia de Aurora, ubicada en la isla de Luzón, generando una emergencia nacional.
Impacto y evacuaciones masivas
Según informó la agencia meteorológica nacional, el ciclón posee un diámetro tan extenso que cubre casi la totalidad del territorio filipino. Previamente a su arribo, autoridades de Defensa Civil indicaron que cerca de un millón de personas fueron trasladadas de sus viviendas como medida preventiva. El tifón tocó tierra a las 21:10 hora local del domingo (13:10 GMT), en pleno despliegue de operativos de emergencia.
El evento se produce apenas días después de que el tifón Kalmaegi azotara la misma región, dejando un saldo de más de 220 fallecidos en Filipinas.
“Casi un millón de personas fueron evacuadas en el país mientras se acercaba a la costa este del país, apenas días después de que el tifón Kalmaegi causara más de 220 muertos”
, detalló la Defensa Civil filipina.
Paralización en Luzón y caos aéreo
En la isla principal de Luzón, incluida la capital Manila, se dispuso el cierre de instituciones educativas y dependencias gubernamentales ante la proximidad del fenómeno. Asimismo, se cancelaron cerca de 300 vuelos, provocando severas interrupciones en el transporte aéreo.
Fung-wong se convierte en el segundo tifón de gran intensidad que afecta al archipiélago en el mes, tras el paso devastador de Kalmaegi. En Vietnam, donde este último tocó tierra el viernes, se reportaron al menos cinco muertes, tres desaparecidos, 2.800 viviendas dañadas y más de 1,3 millones de hogares sin suministro eléctrico.
Temporada de tifones anómala
La región del sudeste asiático enfrenta una temporada ciclónica inusualmente activa. Con la aparición de Kalmaegi y Fung-wong, ya suman 27 tifones registrados en el año. Expertos señalan que el calentamiento del océano está generando sistemas más grandes, prolongados y destructivos, lo que aumenta el riesgo para millones de personas en zonas costeras.