Prevención en espacios verdes madrileños
En los parques con pinares de la región de Madrid han aparecido bolsas colgadas de los árboles que despiertan curiosidad entre los transeúntes. La autoridad local advierte que acercarse a inspeccionar estos dispositivos es una acción arriesgada, ya que se trata de trampas diseñadas para contener orugas procesionarias.
Ciclo biológico de una plaga peligrosa
Cuando finaliza el invierno y suben las temperaturas, comienza la actividad de la oruga procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa). Durante el invierno estas larvas construyen sus nidos en las copas de los pinos, y cuando llega el momento adecuado tras completar su desarrollo, bajan al suelo en formación y se entierran para convertirse en mariposas.
Riesgos para salud y ecosistema
A pesar de su papel ecológico, esta especie representa una amenaza tanto para los bosques como para la salud pública. Considerada el principal defoliador de pinares mediterráneos, su cuerpo contiene aproximadamente 50,000 pelos urticantes que generan reacciones alérgicas en humanos. “Estos pelos desprendidos en el ambiente provocan irritaciones en la nariz, garganta y oídos”, señalan expertos. En animales, especialmente perros, el contacto puede ser mortal.
Estrategias de contención municipales
El ayuntamiento madrileño implementa anualmente un plan de vigilancia y control. En la capital, monitorean regularmente los pinares y colocan dispositivos para capturar ejemplares y prevenir su expansión.
Métodos de intervención por etapas
El control de esta plaga varía según su ciclo vital. En meses iniciales se retiran los nidos de los pinos. Durante la primavera se emplean trampas de collar, dispositivos que dirigen a las orugas hacia bolsas con tierra donde completan su metamorfosis. “Una vez termina el descenso de todas las orugas la bolsa se retira para su eliminación”. Estas trampas se colocan desde inicios de invierno hasta finales de mayo.
Otras técnicas de combate
Después se usan trampas de feromonas para capturar mariposas macho durante el verano en áreas con baja infestación. Finalmente, en otoño se aplica endoterapia a los árboles mediante inyecciones de productos autorizados que eliminan las orugas al consumir las hojas tratadas.