El Papa León XIV expresó su profundo pesar y solidaridad con los ciudadanos ucranianos durante un encuentro con fieles de la Iglesia greco-católica ucraniana en la Basílica de San Pedro del Vaticano. La reunión se desarrolló en el contexto de una peregrinación a Roma de este grupo religioso.
Palabras de consuelo hacia Ucrania
El pontífice aseguró que “deseo expresar mi cercanía a la atormentada Ucrania, a los niños, jóvenes, ancianos y, de manera especial, a las familias que lloran a sus seres queridos”. Además, manifestó compartir “su dolor por los prisioneros y las víctimas de esta guerra sin sentido”, comprometiéndose a “encomendar al Señor sus intenciones, sus fatigas y tragedias diarias y, sobre todo, sus deseos de paz y serenidad”.
Diálogo con el obispo de Kiev
Durante su intercambio con el obispo Sviatoslav Shevchuk, el Papa reconoció que “la fe de vuestro pueblo está siendo ahora duramente puesta a prueba”. También reconoció preguntas existenciales que surgen en contextos de guerra: “Muchos de ustedes, desde que comenzó la guerra, seguramente se han preguntado: Señor, ¿por qué todo esto? ¿Dónde estás? ¿Qué debemos hacer para salvar a nuestras familias, nuestros hogares y nuestra patria?”.
Reflexiones sobre la fe y la unidad
León XIV destacó que “creer no significa tener todas las respuestas, sino confiar en que Dios está con nosotros y nos da su gracia, que él pronunciará la última palabra y la vida vencerá a la muerte”. Además, transmitió su esperanza de que se abran “nuevos horizontes de fe, esperanza y paz, especialmente a todos los que sufren”.
Llamado a la reconciliación en tiempos de conflicto
En una alocución previa dirigida a sacerdotes, el Papa indicó que “en un tiempo de grandes y terribles conflictos”, la Iglesia debe promover la unidad: “no hay lugar para divisiones ni odios de ningún tipo”. Recordó su mensaje inicial de pontificado sobre “una iglesia unida, signo de unidad y comunión, que se convierta en fermento para un mundo reconciliado”.
Ordenación de nuevos sacerdotes
Cerca de 3,600 religiosos participaron en una ceremonia en la basílica de San Pedro, donde se ordenaron 32 nuevos sacerdotes provenientes de 23 países. A estos nuevos ministros, el Papa les recomendó “ser generosos, fervorosos en la celebración de los sacramentos, en la oración, especialmente en la adoración y en el ministerio, sean cercanos a su grey, donen su tiempo y sus energías a todos, sin escatimarse, sin hacer diferencias”.
El Papa también advirtió sobre “modelos de éxito y prestigio discutibles e inconsistentes” y animó a los sacerdotes a “no dejarse embaucar por ellos”, sugiriendo que “miren más bien el sólido ejemplo y los frutos del apostolado, muchas veces escondido y humilde, de quien en la vida ha servido al Señor y a los hermanos con fe y dedicación”.
