Brasil, Argentina y México lideran acciones proteccionistas en la región para salvaguardar su producción de calzado contra la avalancha de productos asiáticos. Estas naciones han establecido impuestos antidumping como mecanismo de defensa frente a prácticas comerciales consideradas desleales.
Modelo brasileño inspira políticas regionales
Desde 2009, Brasil aplica un esquema de protección que requiere el pago de 12.47 dólares por cada par de zapatos importado de origen asiático. Esta política ha permitido a la industria local mantener su posición como cuarto productor mundial de calzado y el mayor en Occidente, con una producción anual de 900 millones de pares.
Cristian Schlindwein, encargado de proyectos en Abicalçados, afirmó que “Creo que países como Argentina, Chile y otros países de América Latina importan mucho calzado de China y no necesariamente hay una tarifa de antidumping como la de Brasil y el impacto es mucho mayor”, destacando la efectividad de esta medida.
Cooperación regional como estrategia clave
Daniel Risafi, coordinador de la ACCAL, enfatizó la importancia de la colaboración entre naciones latinoamericanas para enfrentar desafíos comunes. “Cada país tiene su problemática, pero obviamente todos unidos podemos, las mismas experiencias que podamos compartir le puede llegar a servir a otros países”, indicó, promoviendo el intercambio de buenas prácticas.
Argentina ha establecido un valor de referencia de 15.70 dólares para las importaciones chinas, impidiendo el ingreso de productos que no cubran esta cantidad. En caso de incumplimiento, se aplica un arancel compensatorio. El país produce 120 millones de pares al año bajo este marco proteccionista.
Acciones recientes en México
El país azteca ha adoptado un arancel del 25% para proteger su producción anual de 220 millones de pares, anunciado recientemente por Marcelo Ebrard, secretario de Economía. Esta medida busca fortalecer la industria local y promover la colaboración en la cadena de suministro entre países latinoamericanos.
Según representantes del sector, existe un llamado a priorizar insumos regionales en lugar de buscar proveedores asiáticos, fomentando la producción hecha en América Latina con manos de diversos países como México, Argentina, Brasil, Chile y otros.