Varios sindicatos y agrupaciones de trabajadores en Irán han expresado su rechazo contundente a las políticas de carácter militarista y a las hostilidades que actualmente afectan a la región. En un comunicado conjunto, estas organizaciones advierten que “los trabajadores no han obtenido ni obtendrán jamás ningún beneficio de la guerra, del aumento del militarismo, de los bombardeos contra el país”, señalando que los principales afectados son las clases populares.
Condena a la escalada armada
El pronunciamiento se da en medio del recrudecimiento de los enfrentamientos entre Israel y el gobierno de Irán. Las acciones bélicas israelíes, que han incluido ataques a múltiples puntos del territorio iraní como instalaciones industriales, centros laborales, refinerías y áreas residenciales, son denunciadas como parte de un enfoque agresivo que golpea principalmente a la población trabajadora, “pagando con su vida, su sustento y su existencia” el costo de las decisiones de los poderosos.
Críticas a justificaciones gubernamentales
Los firmantes rechazan como “mentira y propaganda política” la afirmación israelí de no tener conflictos con el pueblo iraní, destacando que figuras como el ministro de Defensa de Israel han hecho declaraciones amenazantes, como la de “reducir Teherán a cenizas”. Asimismo, se cuestiona la complicidad de otros actores internacionales, mencionando tanto el apoyo estadounidense bajo el liderazgo de Trump como el respaldo de gobiernos europeos como el de Alemania, a los que acusan de contribuir al agravamiento de la situación.
Autocrítica y resistencia
Las organizaciones laborales manifiestan que no depositan esperanza ni en las potencias extranjeras ni en el gobierno iraní, reconociendo que “las trabajadoras y los trabajadores de Irán llevamos años luchando por obtener derechos mínimos y condiciones básicas de vida, pagando precios altísimos como prisión, tortura, ejecución, despido, amenazas y golpizas”. El comunicado también recuerda las luchas previas, citando consignas como “Pan, trabajo, libertad” y “Mujer, vida, libertad” como referentes de su movimiento.
Visión de futuro colectivo
El documento concluye proponiendo que el camino hacia una solución duradera pasa por “una paz en la que las personas puedan decidir su destino mediante la organización, colectivos populares, la expansión de las protestas y la participación directa y masiva”. Entre los firmantes se encuentran el Sindicato de trabajadores de la empresa de autobuses de Teherán y alrededores (SWTSBC), que representa a más de 17,000 empleados, el Sindicato de trabajadores de la fábrica de azúcar de Haft Tapeh, vinculado a la UITA, y otros cuatro grupos de defensa laboral.