La máxima representante legal de Estados Unidos, Pam Bondi, manifestó durante su intervención en el Comité de Gastos del Senado que su país actuará con determinación ante cualquier entidad que comprometa su integridad nacional. En su discurso, señaló que naciones como Irán, China, Rusia y México no lograrán amedrentar a Estados Unidos.
Contexto de tensión bilateral
Esta declaración ocurre en un entorno de creciente descontento diplomático, principalmente después de que el Departamento del Tesoro estadounidense imputara a tres bancos mexicanos de colaborar con grupos dedicidos al comercio de fentanilo entre ambas naciones.
Bondi reafirmó su respaldo a la política exterior implementada por el presidente estadounidense Donald Trump, destacando su enfoque en la protección ciudadana frente a peligros foráneos, ya sea en conflictos internacionales o en la crisis de consumo de sustancias tóxicas.
“Protección sin intimidación”
“No permitiremos que nos amedrenten y salvaguardaremos a Estados Unidos gracias a la dirección del presidente Trump. Esto es válido no solo frente a Irán, sino también contra Rusia, China y México. Combatiremos cualquier contendiente extranjero, ya sea que pretenda afectarnos físicamente o mediante el envenenamiento de nuestros hijos con drogas”, afirmó la fiscal general.
Bondi también señaló a México y Canadá como rutas principales para el paso de materiales utilizados en la fabricación de fentanilo, indicando que ambos territorios están bajo revisión por su participación en el control de este tráfico.
Medidas de presión internacional
“Estamos combatiendo para impedir que continúen ingresando los precursores… siguen siendo transportados a través de México y Canadá”, señaló, resaltando la necesidad de colaboración entre países para detener este tráfico ilegal.
Entre las acciones recientes del gobierno estadounidense figuran la aplicación de tarifas comerciales a México y Canadá, con el objetivo de forzar una mayor cooperación en el combate al narcotráfico y al movimiento no autorizado de personas.
Como reacción, la mandataria mexicana Claudia Sheinbaum dispuso el despliegue de más de 10 mil integrantes de la Guardia Nacional en la frontera septentrional y ordenó intensificar las acciones contra el tráfico de sustancias prohibidas en el territorio nacional.
Designación de grupos delictivos
Otra medida adoptada fue la clasificación de organizaciones mexicanas —entre ellas el Cártel de Sinaloa, el Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel del Golfo— como redes terroristas internacionales.
Además, el Departamento del Tesoro estadounidense acusó formalmente a tres instituciones bancarias mexicanas —CIBanco, Intercam y Vector— de involucramiento en actividades de blanqueo de capitales que favorecerían a grupos criminales vinculados al tráfico de fentanilo.