Origen de la iniciativa
En Masala y Maíz, propiedad de los chefs Norma Listman y Saqib Keval, se gestó un concepto revolucionario: permitir que los clientes determinaran libremente el valor de su experiencia culinaria. Esta idea, surgida hace varios años, no solo rompió con modelos tradicionales de negocio, sino que se posicionó como un manifiesto en favor de la comida como derecho universal.
Lo que comenzó como un experimento en un solo establecimiento evolucionó hacia un movimiento que reinterpreta el rol social de la gastronomía. La propuesta transforma la relación entre cocineros y comensales, estableciendo un pacto de confianza mutua donde desaparecen las barreras económicas.
Impacto social en la metrópolis
“Pide lo que quieras, paga lo que puedas” no solo abre la posibilidad de que más personas accedan a experiencias gastronómicas únicas, también refuerza la idea de que compartir alimentos es compartir comunidad.
En un entorno urbano donde el aumento constante del costo de vida genera exclusión, este modelo funciona como contrapeso. La iniciativa cuestiona paradigmas al demostrar que la hospitalidad puede convertirse en herramienta de inclusión, donde el valor de lo colectivo supera al interés comercial.
Expansión en 2025
La edición de este año marca un hito sin precedentes: más de quince establecimientos de renombre se han adherido al proyecto original. Restaurantes como Ahumalia, Baldío, Bao Bao, Cicatriz, Cinco y dos, Expendio de Maíz, Fideo Gordo, Loup Bar, Mita, Mux, Ramiro Cocina, Rudo, Sobremesa Desayunador y Vía Sol ofrecerán sus menús bajo el mismo principio de pago voluntario.
El 27 de agosto próximo, estos espacios se convertirán en escenarios de interacción sin barreras económicas. La ausencia de reservas garantiza un flujo natural de asistentes, promoviendo encuentros fortuitos que refuercen el sentido comunitario de la iniciativa.
