Fernanda Trías presenta una visión innovadora de la naturaleza en su novela El monte de las furias, donde esta adquiere una voz activa y decisiva en la trama. La escritora uruguaya rompe esquemas al transformar al entorno natural en un personaje con capacidad de influir en los acontecimientos, desafiando la concepción tradicional de la naturaleza como mero escenario.
Un enfoque revolucionario en la narrativa
La obra se desarrolla en un contexto donde los elementos naturales interactúan directamente con los protagonistas, modificando sus trayectorias. Trías explica que su objetivo fue
“darle voz a la naturaleza, que no sea solo un decorado, sino que tenga una presencia real”
. Este enfoque se traduce en una historia donde paisajes, animales y fenómenos climáticos intervienen en las decisiones y conflictos humanos.
Reflexiones sobre la crisis ambiental
El proceso creativo de la novela surgió de la preocupación de la autora por la degradación ecológica y la necesidad de replantear la relación con el planeta. Trías comenta:
“Me interesaba explorar cómo sería una historia en la que la naturaleza tuviera agencia, en la que pudiera tomar decisiones y afectar el destino de los personajes”
. Esta visión se traduce en una narrativa dinámica donde la naturaleza actúa con intención y reacciona ante las acciones humanas.
Interacción entre lo humano y lo natural
La novela también explora las emociones humanas ante un entorno impredecible y poderoso, provocando sentimientos de temor, admiración y duda en los personajes. Esta interacción impulsa a los protagonistas a replantear sus creencias y a considerar nuevas maneras de coexistir con su entorno. Trías utiliza esta dinámica para reflexionar sobre la responsabilidad ambiental y la posibilidad de establecer un intercambio significativo con el mundo natural.
Con este trabajo, Fernanda Trías propone una narrativa que trasciende el realismo convencional, fusionando lo humano y lo no humano en una historia que invita a los lectores a reconsiderar su conexión con la naturaleza y a valorar voces históricamente ignoradas.