María Corina Machado, reconocida líder de la oposición venezolana, confirmó que obtuvo asistencia del gobierno de Estados Unidos para abandonar Venezuela y trasladarse a Oslo, ciudad donde su hija, Ana Corina Sosa, recibió en su nombre el Premio Nobel de la Paz.
Confirmación del apoyo externo
Interrogada por medios internacionales en territorio noruego, la activista respondió afirmativamente:
“Sobre si he recibido apoyo del gobierno de Estados Unidos para que yo pudiera llegar a Oslo, la respuesta es sí”
. No obstante, no reveló información adicional sobre el operativo de salida, aunque sí expresó su agradecimiento a quienes participaron en su traslado.
Durante una conferencia compartida con el primer ministro de Noruega, Jonas Gahr Støre, agradeció públicamente a “todos esos hombres y mujeres que arriesgaron sus vidas” para que su viaje fuera posible.
Llegada tras más de un año en la clandestinidad
Machado arribó a la capital noruega en las primeras horas del día, tras permanecer más de doce meses en clandestinidad dentro de Venezuela. En su comparecencia en el Instituto Nobel Noruego, aseguró que su presencia en Oslo respondía a un deber:
“Mi deber era venir para recoger este premio, para llevarlo de vuelta a los venezolanos. Pronto estaré de vuelta en Venezuela y sé que muy pronto ustedes también”
, dijo, dirigiéndose a los compatriotas exiliados.
Aunque afirmó que su regreso a Venezuela será
“lo antes posible”
, no especificó una fecha ni detalló el mecanismo que empleará para hacerlo.
Operación secreta y escape disfrazada
Según informaciones del Wall Street Journal, el desplazamiento de Machado implicó un plan meticuloso que duró dos meses y en el que se utilizaron estrategias de camuflaje. La opositora habría asumido una identidad falsa, logrando pasar diez retenes militares sin ser detectada, para finalmente huir en una lancha de madera desde una localidad costera dedicada a la pesca.
Para facilitar su salida, contó con el respaldo de una red venezolana especializada en ayudar a personas a salir del país. Hasta el momento en que llegó a Oslo, la operación fue tan reservada que ni siquiera el Instituto Nobel tenía conocimiento de su ubicación ni certeza sobre su asistencia a la ceremonia.
En los próximos días, Machado planea destinar tiempo a reuniones estratégicas, visitas médicas y momentos personales con familiares y amigos, antes de regresar a su nación.