La serenidad con la que Karim López (Hermosillo, 2007) se expresa contrasta con la intensidad de sus aspiraciones. Sus respuestas son breves, directas, sin exageraciones. No es que el hijo de ‘El Chino’ busque evitar las cámaras o los reflectores —aunque no le apasione destacar—, sino que cada palabra está calculada. Detrás de cada frase hay mucho en juego: contratos millonarios, acuerdos publicitarios y el rumbo de una carrera que podría marcar un antes y un después para el baloncesto en México.
Con apenas seis meses por delante, López se perfila como el segundo mexicano nacido en territorio nacional en ser elegido en el draft de la NBA. Y no cualquier selección: se espera que sea escogido entre las primeras 10, convirtiéndose así en el primero de su país en alcanzar ese lugar destacado. Las proyecciones lo colocan entre el quinto y décimo puesto. Sea cual sea su posición final, será un momento histórico, un parteaguas para el deporte nacional, una noticia que iluminará las portadas. Pero por eso mismo, domina la precaución y, al mismo tiempo, una profunda seguridad en sus capacidades.
Un camino trazado desde la infancia
“Desde que tengo memoria ha sido un sueño, un objetivo mío. Desde muy pequeño. Pero siempre he tenido una confianza muy grande en mí. No lo he visto como un sueño vago que es casi imposible. Siempre lo he visto como una realidad y que cada día está más cerca.”
Estas palabras definen su mentalidad. Aunque en su niñez practicó fútbol y taekwondo, fue el baloncesto el que terminó por marcar su destino. La influencia familiar fue clave: su padre jugó, y varios miembros de su entorno también estuvieron ligados al deporte. Aunque sigue disfrutando del fútbol como espectador, no apoya a ningún equipo en particular.
La experiencia en Nueva Zelanda
Su paso por los New Zealand Breakers ha sido fundamental. No solo ha crecido como jugador, sino como persona. El programa Next Stars, conocido por ser una de las vías más efectivas hacia la NBA, le ha permitido adaptarse a diferentes culturas, mejorar su manejo del balón con la mano derecha y perfeccionar su inglés. Además, ha asimilado los rigores de ser un profesional: desde la alimentación hasta la recuperación y la disciplina en los entrenamientos.
“He aprendido muchas cosas. Conceptos, habilidades y a ser un profesional. Cómo prepararme para los partidos, para los entrenamientos, mi alimentación, mi descanso…”, afirmó.
Relaciones y proyecciones futuras
Horacio Llamas, pionero mexicano en la NBA, lo llama “mi sobrino”. La relación entre ambos es cercana desde la infancia, y Llamas le ha insistido en mantener el enfoque sin importar los altibajos: “siempre hay que trabajar, que me esfuerce, y al final todo eso va a dar sus frutos, su recompensa”.
Sobre Jaime Jáquez, con quien se especula podría coincidir en la Selección Mexicana, López asegura no haber tenido contacto directo, aunque lo valora como un gran jugador. “Sería muy bueno tenerlo en la selección, pero esa es al final su decisión. Son sus tiempos, su salud. Sería bienvenido, pero no he tenido contacto aún.”
Compromiso con México
Con Omar Quintero, entrenador de la Selección Nacional, mantiene comunicación constante. Destaca su cercanía y apoyo continuo no solo hacia él, sino hacia todos los talentos mexicanos en el extranjero. “Para mí, jugar con México es muy importante. Siempre que se pueda y los compromisos y la salud me lo permitan, estaré ahí.”
El Mundial de Qatar y unos Juegos Olímpicos son metas que tiene presentes. “Sería un sueño jugar un Mundial, claro. Y también los Juegos Olímpicos, ahora que lo pienso. Así que espero que podamos conseguirlo.”
Impacto y visión del futuro
Sobre la posibilidad de que su trayectoria inspire a más jóvenes mexicanos, considera que la globalización del baloncesto beneficia a todos. “El tener referentes como Jaime o, con el favor de Dios, yo algún día, que podamos inspirarlos y motivarlos a seguir sus sueños. Practicar el basquetbol y ser exitosos.”
A pesar de estar proyectado como una selección top 10 —algo sin precedentes para un mexicano nacido en el país—, niega sentir presión. “No, no hay presión al respecto. Estoy en temporada ahora mismo. Estoy 100% en los New Zealand Breakers. Tenemos una racha muy buena de victorias. Queremos ganar un campeonato. Estoy muy concentrado en eso.”
Aunque reconoce que ha mejorado en todos los aspectos del juego, insiste en que su esencia sigue intacta. “Creo que sigo siendo el mismo jugador, pero he pulido mis habilidades. Soy un mejor jugador. Todavía hay un camino largo por recorrer en esa mejora de mis habilidades y mi talento. Soy el mismo jugador cuando era niño, pero más maduro, más fuerte, más inteligente, más atlético, y con más experiencia.”
Su alianza con Adidas no fue casual. “Los conozco desde hace mucho tiempo. Es la marca con la que me sentí más cómodo y con la confianza de poder proyectarme y con la cual poder inspirar a los jóvenes en México y en el mundo.”
