La convivencia entre humanos y perros, aunque arraigada desde hace milenios, sigue requiriendo aprendizaje continuo sobre las necesidades reales de las mascotas. Un aspecto clave para preservar su bienestar emocional y físico es respetar su proceso de descanso, especialmente cuando están dormidos.
Alerta veterinaria sobre el sueño interrumpido
Adrián Conde, médico veterinario y difusor en plataformas digitales, destacó que interrumpir el descanso de un can de forma abrupta puede tener efectos adversos en su salud conductual.
Si un perro se acostumbra a dormir en alerta, con un sueño superficial, nunca llega a descansar del todo
, afirmó. Esta alteración en sus ciclos de sueño se traduce en niveles más altos de estrés y una recuperación insuficiente durante el reposo.
Manipular a un perro mientras duerme, aunque parezca un acto inocente, puede condicionar su comportamiento a largo plazo. Conforme acumula experiencias de interrupción, el animal puede volverse más reactivo en sus momentos de vulnerabilidad, respondiendo con defensa incluso antes de estar completamente consciente.
Consecuencias en la conducta y la convivencia
El experto subraya que este tipo de acciones afectan la comunicación entre el tutor y su mascota.
Si cada vez que avisa que algo no le gusta no se lo respeta, aprende que comunicar no sirve
, señaló Conde. Esta desatención a sus señales sutiles puede derivar en problemas conductuales, ya que los perros expresan molestia de formas que no siempre son reconocidas adecuadamente.
Alterar su descanso puede provocar que el animal evite dormir cerca de las personas, comience a mostrar conductas posesivas hacia su espacio o incluso desconfíe del contacto físico. El sueño, según el veterinario, es una etapa esencial para la reparación mental y física, y solo es efectivo si el perro percibe su entorno como seguro. Respetar este estado es fundamental para mantener una relación armónica y saludable entre humanos y sus compañeros caninos.