Patrón neurológico detrás de las arrugas en la piel
Un estudio de la Universidad de Binghamton revela que las arrugas en los dedos tras permanecer en el agua no son un fenómeno pasivo, sino el resultado de una contracción regulada por el sistema nervioso. Este hallazgo desafía la creencia previa de que se debían únicamente a la absorción de líquido por la epidermis.
Experimento con participación humana
En el estudio, un grupo de voluntarios sumergió sus dedos en agua durante media hora en dos días consecutivos. Al comparar las imágenes de ambas sesiones, los científicos observaron que los pliegues cutáneos se formaron de manera casi idéntica en cada ocasión.
“Los vasos sanguíneos no varían mucho su ubicación, por eso los patrones que forma la piel al contraerse son prácticamente idénticos cada vez”
, explicó el profesor Guy German.
Evidencia de conexión neurológica
Un caso particular dentro del experimento respaldó la hipótesis neurobiológica. Un participante con lesión en el nervio mediano no presentó formación de pliegues durante la prueba, confirmando que el proceso depende de la actividad nerviosa y no solo de factores osmóticos.
Potencial uso en identificación forense
Los investigadores proponen que estos patrones únicos y repetibles podrían funcionar como marcadores biométricos en escenarios donde otros métodos fallan.
“Una simple pregunta ha abierto nuevas puertas a la ciencia”
, destacó German, refiriéndose a la posible aplicación en identificación de cuerpos en contextos extremos como desastres naturales.
Adaptación evolutiva o herramienta científica
Si bien se ha especulado que estas arrugas facilitan el agarre en superficies mojadas, los científicos identifican un uso más allá de la funcionalidad evolutiva. En situaciones donde las huellas dactilares tradicionales se ven comprometidas, estos patrones cutáneos podrían convertirse en un recurso valioso para investigaciones complejas.