Decisión de postergar el partido genera controversia
El cotejo entre Puebla y Chivas fue suspendido y reprogramado para este sábado, pero no sin antes generar polémica por la actitud del equipo local. A pesar de las condiciones adversas del terreno de juego debido a las lluvias, los jugadores de la Franja salieron a la cancha para calentar, como si el encuentro fuera a celebrarse normalmente.
Jugada estratégica para influir en la percepción pública
Esta acción fue interpretada como un intento de presionar al Rebaño Sagrado y dejar la impresión de que Chivas no deseaba disputar el partido. Desde el punto de vista del equipo visitante, la decisión de no jugar se fundamentó en la necesidad de proteger a sus jugadores, tomando en cuenta el mal estado del campo y el alto número de lesiones previas que han sufrido.
Referencia a lesión previa por condiciones similares
Se recordó que Roberto Alvarado, pieza clave del equipo, había sufrido una lesión en el Estadio Ciudad de los Deportes durante un partido ante América, precisamente por el pésimo estado del césped. La preocupación por repetir esta situación en Puebla fue un factor determinante en la decisión final.
Postura dividida dentro del equipo rojiblanco
No todos los integrantes de Chivas coincidieron en la decisión. El capitán Luis Romo manifestó al periodista Omar Villarreal que “se podía jugar y que incluso han disputado encuentros en campos peores”. Esta declaración indica que hubo divergencias internas, y que la determinación final partió principalmente de la directiva, que optó por la prudencia.
Confirmación de nueva fecha y persistencia de la polémica
Chivas decidió permanecer en Puebla y el partido se jugará este sábado a las 17 horas. La actitud del equipo local al salir al campo bajo condiciones inadecuadas generó críticas, pero la Liga MX respaldó la decisión de suspender el encuentro, reconociendo que el estado del campo no garantizaba la seguridad de los jugadores. La controversia generada por los hechos seguirá siendo tema de discusión.